Frozen
Hay departamentos y sectores que son un gueto del Pink Collar. En el Recurso Humano, con excepción del director, se desempeñan en lo del talento y la motivación y esas zarandajas aventajadas muchachas como las del vídeo. Y lo mismo el marketing, la comunicación interna o asimilados.
Ser pink collar es terrible, además de estar categorizada, y ver el famoso glass ceiling todo el rato. Le pasas una bayeta de vez en cuando y luego le haces una foto para Pinterest.
Ya les tengo dicho que hay que huir de los círculos exclusivamente femeninos (espacios no mixtos, a decir de la Filósofa Frívola) porque te empiezan hablando de empowerment y terminan pasándose teléfonos de marmotas y haciendo un grupo de WhatsApp. Si hay algo que me molesta de mí misma es esta maldición de espíritu crítico que me hace leerme siempre las cosas dos veces para terminar constatando que nosotras somos nuestras peores enemigas. Y si no que se lo digan a las lesbianas, que si tienen dudas de que existe algo llamado doble discriminación se lo preguntan a ellas. Si no somos tontas, nos empeñamos en parecerlo o, por lo menos, así nos dejamos tratar.
Que la última de Elsa y Anna es convencer a alguna mentecata a congelar óvulos en una botox party con la oferta de una carrera profesional fulgurante que, oh casualidad, no había llegado aún pero por lo visto iba a llegar de manera inmediata. Parece ser que alguna necia se cree que la oferta de que posponer la maternidad le asegura estar tan estupenda a los 50 como su congelado óvulo a los 30.
Tontas de remate y, además, manipulables.
Posponlo lo que quieras, no tengas hijos si no quieras, pero no te creas por un solo momento que la renuncia te asegura una carrera estelar. Y, ni mucho menos, que vas a estar de cine cuidando de tus hijos/nietos. Las dos cosas son mentiras formidables.
En el mejor de los escenarios, querida, a los 50 vas a ganar una pasta y podrás permitirte una nanny de Nordland para cuidar de tus dos gemelos de probeta pero no vas a ver de cerca y te van a doler las rodillas, que eso no hay congelación que lo pare. Cuando eres del jurásico eres del jurásico. La verdad jode, pero curte.
Eso, en el caso naturalmente de que ganes una pasta y estés como una reinona en la C-Suite, caso que hasta la fecha sigue siendo bastante raro. Lo más probable es que, además de los óvulos, tengas congelado el sueldo y ni nanny de Norland ni abuela, que para tus 50 estará criando malvas o camino de hacerlo, y de pagar marmota será para pagar a la cuidadora-paseadora de la susodicha abuela.
Debe de ser que la cosa económica repunta y vamos a volver a hacer falta para pagar más caro el champú y el depilatorio y que nos quieren de vuelta a la EPA pero sin niños, eso sí, que de la opinión de Mónica Oriol somos casi todos.
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