Otra inocentada
Me he permitido rescatar una entrada del blog original, que ya saben que está al baño maría desde hace meses, para que vean no lo clarividente que estuve, que no hacía falta tener la bola de cristal muy limpia, pero sí para que convengan conmigo en lo absolutamente desencaminados que estaban los ignorantes que se prometían la Ilustración Revivida en los países árabes.
Sin ánimo de volver a suscitar un debate como el que ya tuvimos sobre las aspiraciones democráticas de los árabes, sigo muy pendiente de este asunto, especialmente de Siria, que es un país que a servidora le interesa sobremanera. Ya ven, cada una tiene sus gustos.
No es que yo haya sido novia del León, que es el nombre del dictador, hijo del dictador, pero tengo que reconocer que me gustaba (físicamente) el padre y me gusta el hijo, qué le vamos a hacer. Yo tengo gustos particulares, como todos ustedes saben. Me gusta Enrique Múgica, me llevé el disgusto del quinquenio con la segunda boda de Gustavo de Arístegui (y yo que no le perseguí porque estaba casado, será posible) y me gustaba mucho muchísimo aquel primer ministro de Japón que tenía melenita y aspecto de director de orquesta con su frac impecable.
Es curioso, este León hijo siempre se me ha parecido al Príncipe Felipe, pero en cateto, o mejor dicho, en años 70, en parka coreana y trenka, no sé cómo explicarles.
Sin embargo, así como el Heredero no me gusta ni poquito, el León me gusta, aunque realmente el me gustaba era su padre, y como le sigo desde hace años, pues estoy harto preocupada pensando dónde terminarán en el exilio… porque la “Reina Rana” y su “consuerte” acabarán entre Suiza/Londres/NY y alguna playa para el verano, con Marie Chantal y los griegos, pero los señores León van a tener dificultades con la pasta y pocos amigos que les acojan.
Con eso de que vino el terremoto y el tsunami, nos olvidamos del asunto moro, pero ahí siguen, preparando el final de lo conocido y el inicio de vaya usted a saber qué. Me pregunto por qué se han puesto tan belicosos con Gadafi y al León lo están dejando tan tranquilo. Y me pregunto también qué estarán pensando en los altos del Golán, perdidos por León padre.
La Economista Descubierta en blogspot.com
* * *
Esta obra se publica bajo la licencia de Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivs 3.0 Spain.