Eurovegas

No sé si les he contado alguna vez que C.W. es medio gallega, medio de un pueblo de Toledo. Por aquello del “histórico aislamiento” de Galicia (es decir, lo lejísimos que estaba y lo tremebundo de Piedrafita) pero, sobre todo, porque la gallega no era su madre, C.W. pasó muchos más veranos de sol y moscas que de brumas y orvallo.
Y claro, acabó desarrollando una afición desmesurada a la sillita de enea en la puerta de su casa y a la observación de todo suceso que rompiera la calma de la solanera manchega.
Por circunstancias de la producción, C.W. lleva cuatro días en Las Vegas con la sillita de enea en la puerta del hotel, fascinada con la fauna autóctona o sobrevenida. C.W., que como ya saben tiene dos carreras, y no precisamente una en cada media, se fascina toda con Las Vegas. Y yo no me lo explico, la verdad, porque C.W. es una mujer valiosa.
Lo que no sabe C.W. es que ya no va a tener que desplazarse tan lejísimos, porque le van a poner Eurovegas a un paso de su pueblo.
(El pueblo de C.W. merece en sí mismo una o dos entradas en alguna publicación de arquitectura y urbanismo, porque en su pueblo les sobraba el dinero pero les faltaba el gusto, y las casas son de estilo Remordimiento Tardío en ladrillo visto).
No se nos ha ocurrido mejor idea en este solar patrio que montar, en palabras del presidente de Kutxabank, una casa de putas (¿con cursillo?) o un Eurovegas a lo Paco Martínez Soria en mitad de la terrible estepa castellana. (Bueno, a lo mejor lo ponen en Barcelona, pero el hecho es igual de terrible).
De verdad que no tenemos solución. Eurovegas en Alcorcón, que ya tenía Costa Polvoranca, es una idea demencial propia de un país al borde del desquicie colectivo.
A lo mejor es porque somos el primer mercado de prostitución de Europa, de turismo de borrachera y de despedida de soltera de niñata inglesa, de consumición y exportación de pornografía infantil, de mafioso ruso tratante de blancas. A lo mejor porque los políticos españoles se van de chatis a las saunas a costa del cabildo, o porque somos un país de gilipollas. Probablemente por todo lo anterior junto.
Que me expliquen qué trabajo y qué negocio de largo plazo genera el Asunto Tragaperras y bailarinas de barra. A lo mejor es que van a utilizar el aeropuerto de Ciudad Real para vender paquetes de casino+putas+garrafón+visita a Costa Polvoranca con visita turística opcional al pueblo de C.W. para ver las maravillas de la arquitectura neorrural.
La Economista Descubierta en blogspot.com
* * *
Esta obra se publica bajo la licencia de Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivs 3.0 Spain.