Jorge Suárez

El futuro ya no es lo que era antes

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2012 fue el año de la política, con cambios de manos en el poder en una larga lista de países relevantes -Estados Unidos, China, Francia, México, etc.- y 2013 será un año que reflejará múltiples secuelas de las luchas por el poder en los diferentes procesos.
Retrato de Jorge Suárez Velez

Jorge Suárez

Ese es el brillante y surrealista título de un álbum musical que describe perfectamente el coyuntural punto en el que parece estar la economía mundial. 2012 nos dejó lecciones importantes: primero, que la economía estadounidense tiene una resistencia sorprendente, segundo, que la imprenta de los bancos centrales puede funcionar por un largo rato como un bálsamo que adormece -sin curar- incluso heridas graves.

2012 fue el año de la política, con cambios de manos en el poder en una larga lista de países relevantes -Estados Unidos, China, Francia, México, etc.- y 2013 será un año que reflejará múltiples secuelas de las luchas por el poder en los diferentes procesos. El primero es el llamado «abismo fiscal» estadounidense. Escribo esto a diez días de que se llegue al punto límite para que el legislativo y ejecutivo estadounidenses lleguen a un acuerdo fiscal para evitar que se gatillen una serie de ajustes automáticos que incrementan tasas impositivas y reducen gasto público en una forma que garantizaría una nueva recesión estadounidense.

Parece poco probable que políticos de uno u otro bando estén dispuestos a cometer «harakiri», aunque podría llegarse a la fecha límite sin acuerdo. En ese caso, seguramente, se llegaría a un arreglo en los primeros días de enero. Es importante recordar que lejos de que la atención esté en el debate sobre plataformas económicas alternativas (los demócratas queriendo corregir el déficit mediante mayor cobro de impuestos, y los republicanos buscando hacerlo con un menor gasto público), el foco principal de los políticos está en debilitar a toda costa al partido contrario para las elecciones legislativas de 2014. Como dos niños cuya lucha termina cuando uno de ellos se rinde, los demócratas quieren que los republicanos acepten, por primera vez en treinta años, un aumento de impuestos; y los republicanos quieren que los demócratas concedan, por primera vez en más de veinte, que dado que los sistemas de beneficencia social están quebrados, requieren de redefinición. Todo apunta a que los demócratas lograrán una pírrica victoria, haciendo algunas concesiones mucho menores a las que ofrecieron hacer hace un año.

Pero, el problema de fondo del gobierno de Obama prevalece: ¿cómo logrará generar los indispensables empleos en medio de un entorno poco favorable de crecimiento mundial y cuando los problemas estructurales de la economía estadounidense empiezan a aflorar? China crecerá menos, se diga lo que se diga, y este será año de crecimiento moderado para los llamados BRIC’s (Brasil, Rusia, la India y China). La economía europea será un lastre relevante conforme Francia entra claramente en recesión y Alemania amenaza con seguir el mismo camino. Y, si bien la economía estadounidense ha seguido mostrando algo de crecimiento, difícilmente lo hará en más de 2% en 2013.

Las empresas estadounidenses mostraron una extraordinaria capacidad para adaptarse a un entorno complejo. Generaron utilidades sorprendentemente altas al incrementar su productividad -afectando al empleo- y reenfocándose a mercados emergentes con mayor crecimiento. Sin embargo, ese proceso parece haberse agotado. Desafortunadamente, es poco probable que la demanda estadounidense se recupere en forma significativa debido a importantes factores estructurales. Su población envejece y el alto nivel de endeudamiento del gobierno y de las familias requerirá de un largo proceso de frugalidad y desendeudamiento. El enorme lastre de la deuda no ha causado demasiado daño sólo porque el costo de ésta está en un mínimo histórico, algún día las tasas de interés empezarán a regresar a niveles normales ya sea porque la situación mejora y la demanda por crédito aumenta, o porque empeora y se percibe que el riesgo de prestar es mayor. A pesar de que ese día no parece estar cerca, es indispensable generar crecimiento -e inflación- para amortiguar el golpe.

Como dije antes, la única alternativa que tiene el gobierno estadounidense está en recuperar la capacidad manufacturera del país. Para hacerlo, tendrán que explotar dos ventajas comparativas fenomenales: el acceso a energía extraordinariamente barata, y la enorme capacidad de innovación de Silicon Valley en esta era en que la economía del conocimiento y la revolución industrial del siglo XXI dominarán en las próximas décadas. El acceso estadounidense a shale gas a costos equivalentes a la quinta parte de lo que Europa paga por gas ruso les dará una enorme ventaja para el desarrollo de manufacturas a costos internacionalmente competitivos. Como dije antes, dada la estrecha integración industrial propiciada por el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, ese crecimiento generará enorme inversión y desarrollo de capacidad industrial en México. Si México, además, logra hacer una reforma energética, el beneficio crecería en forma exponencial.

México se presenta como la gran oportunidad internacional de 2013. En mi opinión, sin embargo, está recibiendo la luz del reflector en forma prematura. Esto ocurre por varias razones. Primero, porque hay colosal liquidez buscando acomodo en un mundo en el que invertir en bonos es cada vez más riesgoso y menos rentable. Segundo, porque se está moviendo mucha capacidad industrial de China a México y mucha inversión de portafolios de Brasil a México. Pero, se ve con demasiada ligereza el difícil trayecto que las reformas que ha planteado la flamante administración de Enrique Peña Nieto tendrá que recorrer. Como dice el lúcido economista Luis de la Calle, la mejor forma de medir la potencial efectividad de las reformas propuestas es viendo el tamaño de las protestas públicas que provocan; a mayor protesta, más relevancia. Nunca ha existido un poder fáctico con el aplomo para ver que le quitan poder sin defenderse como gato boca arriba. Por ello, si no hay una lucha política encarnizada, simplemente nos están tomando el pelo y lo propuesto no cambia nada de fondo. El proceso será todo menos sencillo.

Además, habrá que ver cómo evoluciona el peso mexicano en un escenario demasiado optimista. Brasil perdió competitividad internacional al ponerse de moda porque vio una apreciación de su moneda con respecto al dólar de alrededor de 75%. Por ello, los inmuebles en Sao Paulo están entre los más caros del mundo, y los ejecutivos brasileños perciben ingresos en dólares superiores a sus similares en Londres o Nueva York. Evidentemente, los mercados se anticipan a estos procesos y, por ello, la bolsa en México ha dado un rendimiento de 38% en dólares en los últimos tres años, mientras que la brasileña ha perdido 27%. Por ello, hay que tener cuidado con la natural tentación de perseguir modas, sin entender adecuadamente qué se está comprando. En Brasil y China se perdieron fortunas en años recientes, a pesar de ser países que se pusieron de moda. Además de México, Perú y Colombia deben beneficiarse de la redistribución de activos en mercados emergentes.

En el mejor de los casos, 2013 será un año en el cual Europa siga sobreviviendo sin confrontar sus problemas estructurales; tarde o temprano tendrán que hacerlo, pero parecen dispuestos a postergar el trago amargo. Alemania parece dispuesta a seguir financiando a Grecia, para evitar contagios en España e Italia, mientras que el Banco Central Europeo siga dando un aval ilimitado y mientras siga ofreciendo imprimir todos los euros que sean necesarios para adquirir cuantos bonos se pongan a la venta, evitando así un encarecimiento excesivo del crédito griego, italiano, español y, eventualmente, francés. Sin embargo, siguen renuentes a conformar una unión bancaria real, a mutualizar la deuda, o a ir hacia una unión fiscal. A coro plazo, los riesgos provendrán de un agotamiento político en los países forzados a la austeridad eterna. La coalición griega puede desmoronarse y las protestas pueden arreciar tanto ahí como en España. Alemania hará todo lo necesario para llegar en paz a las elecciones federales de septiembre, cuando se determinan los 600 miembros del 18º Bundestag. Angela Merkel quiere reelegirse y, mientras no haya caos, tiene una alta probabilidad de lograrlo.

En mi opinión, uno de los mayores riesgos para el año está, nuevamente, en Medio Oriente. El gobierno israelí radicaliza sus posiciones apoyado en el relativo éxito del sistema antimisiles «domo de hierro» que los protegió de la andanada de proyectiles lanzados por Jesbolá hacia sus ciudades. Esa sensación de invulnerabilidad ha incrementado la presión política de los grupos políticos más conservadores para asumir una posición más dura en la región, lo cual podría provocar un conflicto con Irán en 2013, éste sería por demás inoportuno pues cualquier incremento en el precio del petróleo tendría un impacto negativo en las economías europea, estadounidense y china.

Ya veremos qué nos depara el 2013, número controversial en muchas culturas, una vez que sobrevivamos las mal interpretadas profecías mayas. Para ellos, parece, este momento marcaba más un nuevo inicio que un abrupto final. Ojalá que así sea y que esté pleno de progreso, prosperidad, sabiduría y oportunidades. Por lo pronto, aprovecho para desearle que sea un año lleno de realización personal, recordando cuántas cosas hay mucho más importantes que la economía o los mercados.

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