Argentina, redux

Cristina Fernandez de Kirchner
Tengo la sensación de que Argentina se ha quedado atascada en una especie de bucle en el tiempo como en el «Día de la Marmota», donde cada diez años uno despierta y lee las mismas historias sobre su economía. Es decir: se vota a algún socialista-populista, él o ella gasta demasiado dinero, aumentan los impuestos, se imprime dinero, la inflación se dispara, se imponen controles de precios y salarios, comienzan las carencias, se confiscan activos, la moneda se desploma, los bonos se hunden, se produce la suspensión de pagos en la deuda, la banca se tambalea, el FMI llega con su paquete de rescate y medidas de austeridad, los disturbios salen a la calle, llega un nuevo gobierno más responsable financieramente, los bancos lloriquean, pero terminan asumiendo el golpe, la gente se empobrece. Lo de siempre…
Parece que nunca aprenden. He escrito varias veces sobre Cristina Fernández de Kirchner (aquí y aquí), quien fue elegida presidenta después de la muerte de su marido Néstor en el cargo. La responsable del banco central argentino de la señora de Kirchner, Mercedes Marcó del Pont, aumentó la oferta monetaria en un 28% en 2010 para «impulsar el crecimiento económico», una medida que ella dijo que no afectaría a la inflación. «El problema de los precios no tiene raíces monetarias», dijo la economista de 51 años educada en Yale. «Las condiciones que podrían causar una aceleración de la inflación no existen en Argentina». Tal nivel de ignorancia quita el aliento y deja mucho que desear de la Universidad de Yale. Estas dos mujeres comparten un profundo desconocimiento sobre economía básica e historia, así como una total falta de sentido común.
El país se encuentra ahora en un proceso de confiscación de activos. Se han gastado todo el dinero y la riqueza de la que disponían y ahora se la roban a otros con el fin de perpetuar su régimen fallido. Y ya habían metido mano en los activos de los fondos privados de pensiones. La tasa oficial de inflación se sitúa en el 10%, pero los analistas independientes hablan de, por lo menos, el doble. De hecho, llegaron a amenzar a una firma de análisis económico por informar sobre la verdad.
La última es que han nacionalizando el mayor productor de energía del país, propiedad de la empresa energética española Repsol. YPF era una empresa estatal que fue vendida a Repsol durante la última ola de privatizaciones. La compañía cuenta con una cantidad sustancial de dinero en efectivo y flujo de caja. El gobierno denunció que Repsol no invertía lo suficiente en la producción de petróleo ni en nuevas exploraciones. Hay una razón para ello. El gobierno sólo les permite vender petróleo a un equivalente de 55 dólares por barril, muy por debajo de los más de 100 que podrían obtener en el mercado mundial. Repsol, una empresa decidida a ganar dinero, encontró en otros países de América Latina las condiciones necesarias para destinar su capital de inversión. Kirchner está usando esto como excusa para difamar a Repsol y crear un pretexto para la nacionalización de YPF. Pasarán años antes de que Repsol reciba cualquier compensación por parte del gobierno.
Lo que pasará es obvio. Irá como en Venezuela, donde su amigo Hugo Chávez le extrae la vida a la industria petrolera, deja de lado las reparaciones y el mantenimiento y sigue echando a sus ingenieros fuera del país. El resultado es que la producción de Venezuela ha caído y sigue cayendo. Desde que tomó posesión en 1999, la producción de petróleo ha caído de 3,1 millones de barriles por año; a alrededor de 2,2 millones de barriles en 2011. Al igual que Venezuela, Argentina se arruinará e irá a la quiebra.
Me gustaría sentir pena por los argentinos. Y en el plano humano, es así. Pero siguen dando su voto a personas que destruyen su economía y sociedad, así que tal vez se merecen lo que reciben.
Copyright © 2012 · The Daily Capitalist
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Publicado y traducido con autorización de Jeff Harding.
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