Economista Descubierta

La madre tigre (y los tigretones)

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Como no puede ser menos, me he leído el articulito de marras sobre esa madre china. Hay que reconocer que no sabemos del éxito de las hijas, pero ella ha vendido unos cuantos libros a base de ponernos al resto a polemizar. Si alguien me lo presta, a lo mejor, incluso, me lo leo.

Vaya por delante que a mí hay cosas que dice esta señora que me parecen fenomenal como, por ejemplo, no dejar a tus hijos ir a dormir a casa de nadie, que dónde se ha visto eso de andar durmiendo fuera de tu casa como si no tuvieras donde caerte muerto.

No sólo no se va a dormir a casa de nadie sino que tampoco se invita a dormir a nadie. A ver, ¿usted duerme en casa de sus amigos así, un fin de semana, sin más? pues si no duerme usted, no sé por qué va a dormir su hija. Imagínese usted que llega a su casa y le dice su marido: «hoy es que duermo en casa de Alfredo, vemos el fútbol, nos tomamos una pizza y luego dormimos todos en la misma habitación. Y mañana, después de comer, me vengo”. ¿No es absurdo? Pues si tu marido, que es adulto, no lo hace, no sé por qué lo va a hacer la inconsciente de tu hija. En ese punto, la Madre Tigre y la Madre Represora, estamos de acuerdo.

En lo que ya no estoy de acuerdo con la susodicha, es que la Madre Tigre esta no deja a sus hijas tocar la bandurria ni ningún instrumento de pulso y púa, ni participar en la función del colegio. (Qué lástima de madre, con lo útil que es tocar la guitarra cuando vas de excursión con la catequesis).

Esto de que sólo se pueda tocar el piano y el violín me parece de nuevo rico total. ¿Qué pasa, que la trompeta le suena a banda municipal o que la funda del chelo no le cabe en el ropero? Yo creo que tiene que haber un error de traducción, porque no es posible que la Madre Tigre quiera dar a sus hijas educación de ñoña del XIX, si tocar el piano es de escuela de señoritas casaderas… tiene que haber algún fallo, porque no encaja. Si es por educar el esfuerzo, tiene muchísimo mas mérito tocar el arpa, que por lo visto es dificilísimo; y si es porque no le cabe en casa, la flauta dulce ocupa poco sitio.

Siguiente punto de la educación de los tigretones: ¿se puede o no participar en la función de Navidad y/o fin de curso?

A mí me parece que se ahorraría muchísimo dinero en cursos de «Presentaciones Efectivas» si uno hiciera teatro en el colegio, se empieza haciendo de pastor u oveja en la función de Navidad, se continúa haciendo de “Eloisa debajo de algún almendro” y se termina con algún “Corazón con freno y marcha atrás”, y ya tiene usted el miedo escénico neutralizado.

Eso sí, teniendo en cuenta que las niñas tigretonas son chinas, pues ni Eloisa ni pastora, así que a lo mejor los tiros van por ahí, que no hay papeles para las niñas y en China, por lo visto, freno y marcha atrás mejor no dar, que no quitan a las niñas.

Y respecto a lo de la tele y los deberes, nunca en ninguna casa razonable se comió viendo la televisión ni muchísimo menos se vio la televisión por las mañanas. Esto se debe, naturalmente, a que la televisión está en una habitación diferente a la habitación de comer o dormir. No sé cual es el tamaño de la casa de la Madre Tigre, pero me lo barrunto.

En cualquier caso, lo que la Madre Tigre tiene que revisar es el futuro que quiere para sus hijas. Si lo que quiere es casarlas bien y pronto, ya le digo yo que la está cagando. Las Miller se casaron mucho mejor y el único consejo que les dio su madre fue «ni una talla de más y la manicura siempre impecable».

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