Luis Martín

«Nada teme más Hugo Chávez que el fortalecimiento de los venezolanos» –Diego Arria

Disminuir tamaño de fuente Aumentar tamaño de fuente Texto Imprimir esta página
Print Friendly, PDF & Email
Fotografía de Diego Arria Salicetti

Diego Arria Salicetti (Agua Blanca, 1938)

 

 

 

 

Ha sido gobernador de Caracas, candidato a la presidencia de su país, embajador y presidente del Consejo de Seguridad de la ONU, ministro de Información y Turismo, consejero especial de Kofi Annan… Diego Arria Salicetti, la figura opositora al régimen de Hugo Chávez más pública y combativa en la actualidad en entrevista exclusiva para Truman Factor.

 

 

 

 

 

 

 

En una entrevista reciente para Truman Factor, Federico Mayor Zaragoza apuntaba a la necesidad de «refundar» las Naciones Unidas para restaurar su solvencia, relevancia y carácter democrático. ¿Comparte esta opinión?

Refundar la ONU o reinventarla lamentablemente no es una opción viable. Los miembros permanentes del Consejo de Seguridad (China, Estados Unidos, Francia, Reino Unidos y Rusia) predican la necesidad de ampliar el Consejo pero, en realidad, no pasa de ser un ejercicio de relaciones públicas. El mundo atraviesa por un proceso de cambios tan acelerados, y hasta sorpresivos, que los Cinco Grandes no quieren agregar otro riesgo adicional como sería una redistribución del poder en el seno del Consejo con países como Japón, Alemania, Brasil, México, Nigeria, Sudáfrica, Pakistán o India.

Ante el actual panorama mundial, ¿aumenta la relevancia de la ONU o la cede ante un mayor multilateralismo?

Especialmente en los últimos diez años se viene acelerando la irrelevancia de la ONU para enfrentar problemas complejos y viene cediendo el espacio a la OTAN en algunos casos, o las llamadas alianzas de «like-minded countries» (países con posiciones similares) que representan opciones operativas más inmediatas.

El Consejo tiene dos miembros China y Rusia que hacen muy difícil enfrentar crisis como la de Corea del Norte, y por esa razón se crea un grupo integrado por Japón, China, Estados Unidos y Rusia. En el conflicto Israel-Palestina funciona el llamado “Cuarteto” integrado por la ONU, la Unión Europea, Estados Unidos y Rusia con un enviado especial, el ex primer ministro del Reino Unido, Tony Blair. Estas modalidades de operación tienen la ventaja de funcionar sin las limitaciones de la ONU; al mismo tiempo que incluye a los países que realmente tienen intereses en estos procesos, generalmente en conflicto.

En el pasado la ONU usó de manera muy exitosa la modalidad llamada «Amigos del Secretario General». Este fue el caso del proceso de paz en El Salvador, aplicado luego en la recuperación de la democracia en Haití. Esta modalidad, sin embargo, no fue aceptada por el entonces secretario general Boutros Ghali cuando la solicitó el presidente de Bosnia-Herzegovina, la razón fue que principalmente Reino Unido, Francia y Rusia no querían perder el control del proceso en la antigua Yugoslavia. Sin duda, haber atendido la solicitud del presidente de Bosnia habría puesto fin al conflicto armado con mayor celeridad.

¿Cuál es su valoración sobre las recientes filtraciones de WikiLeaks?

Soy ambivalente ante WikiLeaks y me explico. Como ex ministro de Información y embajador he encontrado informaciones realmente sorprendentes. Al mismo tiempo he leído muchas que me alegran pues demuestran que los diplomáticos norteamericanos, por ejemplo, estaban muy al corriente de las situaciones internas de países como el mío. Sin duda, esos diplomáticos hoy atrapados por las filtraciones sí se ganaban debidamente sus salarios.

Diego Arria con Kofi Annan

Diego Arria con Kofi Annan

Usted también ha sido editor de un periódico (El Diario de Caracas). ¿Hubiese publicado los cables diplomáticos filtrados por WikiLeaks?

Como antiguo editor del diario la tentación de publicar muchas de estas filtraciones sería muy grande, claro, en la medida en que no se arriesgue la vida de nadie. Pero, al igual que los grandes diarios que las publicaron, creo que le hicieron un servicio a la comunidad mundial. Muchas cosas que se intuían se vieron de repente corroboradas por estas publicaciones.

Usted emplea Facebook y Twitter de manera profusa para trasladar sus mensajes a la ciudadanía. Sin embargo, la nueva normativa venezolana de regulación de medios de comunicación amplía su alcance a Internet y podría no sólo silenciar voces disonantes con el régimen en la Red, sino incluso criminalizarlas. ¿Considera que Chávez hará efectiva esa normativa?

Para ciudadanos activos como yo que no disponemos de medios de comunicación convencionales, las redes sociales se han convertido en una excepcional herramienta abierta a todos. Es también una manera de precisar y de auscultar la opinión pública por sus comentarios o por los seguidores que se tengan. Su accesibilidad y apertura les confiere una dimensión de pluralidad incomparable. Es realmente la revolución de la comunicación para la globalización.

No tengo dudas de las intenciones del régimen de Hugo Chávez de controlar Internet. Ya tienen proyectos legales activados. No puede ser de otra manera. Chávez es un enemigo a tiempo completo de la libertad de expresión, de manera abierta y totalitaria, como la confiscación de los equipos de Radio Caracas TV y el cercenamiento de su concesión de redes radiales hasta la promoción de la autocensura, la peor censura de todas, para evitar ser víctima de incriminación por informaciones que el régimen considere inadecuadas.

Ejerce otra censura que es la de ahogar los espacios de información como jamás se ha registrado en ningún otro país. El número de horas en que pone en cadena a los medios de comunicación del país le hacen superar con creces los espacios que tomaban Hitler y Mussolini, por ejemplo.

Tras la debacle financiera mundial de 2008, el debate sobre la reforma del sector parece discurrir entre quienes reclaman un estado más interventor y otros que denuncian lo contrario. ¿Dónde se sitúa usted en el debate?

Es posible asumir distintas posiciones en este debate. Por una parte, se puede argumentar que se ha demostrado el carácter bastante depurativo del libre mercado pero, al mismo tiempo, que ha sido tardío y hasta insuficiente. Por ejemplo, la crisis de la banca en Suecia fue resuelta originalmente con su nacionalización que, después de recuperada, fue privatizada. Esto no fue el caso en Estados Unidos donde el volumen de la asistencia financiera sin precedentes alcanzó más de un trillón de dólares que podría haber sido suficiente para adquirir todo el sistema bancario, pero que sí profundizó el rol del estado como contralor del sistema financiero.

No creo que Estados Unidos tuviera ninguna otra opción que la masiva asistencia financiera a la banca en medio de una economía recesiva que, sin embargo, no convencen a gente muy talentosa con argumentos no sólo económicos sino políticos y que sostienen que el gobierno no tenía que haber salvado a la banca.

Diego Arria

Diego Arria

¿Cuál es su postura ante quienes apoyan la viabilidad de un bloque latinoamericano similar a la U.E. y la creación de una divisa común en ese hemisferio?

La respuesta concreta es que no es viable ni realista. Creo que el alineamiento político de la región ha tomado un camino poco unitario. Países como Brasil tienen su propia agenda. Y México por supuesto igual, debido a su relación con Estados Unidos.

Zygmunt Bauman estima que, como resultado y magnitud de la actual crisis financiera mundial, las necesidades de supervivencia de la sociedad (vivienda, empleo, alimentación, etc.) están socavando prioridades en valores y libertades que en otros tiempos resultaban fundamentales. ¿Cabe este análisis en su valoración de lo que ocurre en su país?

Coincido en términos generales con esa realidad. Curiosamente en un país como el mío, con una abundancia de riqueza petrolífera, ha surgido un régimen populista, autoritario, déspota y abusivo. O sea, que no fue la falta de recursos del estado sino por lo contrario: su abundancia, que es utilizada perversamente para destruir la libertad del sector privado. Un régimen que quiere tener bajo su control toda la fuerza laboral. Lo cual, por supuesto, viene haciendo colapsar nuestra economía. Nada teme más Hugo Chávez que el fortalecimiento de los venezolanos. Los quiere subordinados al estado: o sea, a él.

La masa de las críticas hacia el presidente Hugo Chávez coincide en tres puntos fundamentales: 1) Maniobras fuera del juego democrático que van desde el artificio de leyes que constriñen libertades sociales hasta la manipulación del sistema judicial para perpetuarse en el poder. 2) Un enroque defensivo en torno a un estado paralelo sustentado por fuerza militar. 3) La consolidación de relaciones con potencias enfrentadas (o cuando menos distantes) a Occidente. ¿Realmente las críticas reflejan la realidad?

Sobre el punto 1. El régimen utiliza el sistema judicial para intentar legalizar todos los abusos en que incurre (por ejemplo, en la invasión de propiedades agrícolas e instituciones financieras e industriales). Y por otra parte, de manera más perversa, para perseguir y penalizar a los disidentes. El imperio de la ley en Venezuela tiene nombre y apellido: Hugo Chávez. En él están concentrados todos los poderes del estado. Es tan así que la presidenta de la Corte Suprema de Justicia ha declarado que «la división de los poderes del estado» debilita al poder ejecutivo de su comandante.

Sobre el punto 2. En la Historia de América Latina no ha existido un régimen más militarizado que el venezolano. Más de la mitad de los principales jerarcas son militares. Ocupan ministerios, gobernaciones, alcaldías… Chávez tiene un profundo desprecio por los civiles y sólo confía en los militares. Pero no en todos, por ello viene creando una fuerza paralela: la milicia nacional, que representa su propia fuerza pretorial y que está directamente subordinada a él.

Sobre el punto 3. Efectivamente, los esfuerzos del régimen para sacarnos hasta de nuestro territorio le ha llevado a establecer relaciones de cooperación con estados en conflicto con la comunidad internacional. La más peligrosa, con el régimen de los ayatolás. Hasta el punto de que hoy se investiga si ha violado la resolución de la ONU suministrando gasolina a Irán en adicción a otros señalamientos de carácter mucho más peligroso. Las relaciones con el régimen tiránico de Bielorrusia y Libia es otra muestra de la decisión de Hugo Chávez de estrechar relaciones políticas, económicas y militares con los peores regimenes del mundo. Al punto que llegó a declarar que Gadafi era para los libios lo que Bolívar era para nosotros, los venezolanos. Su relación con Rusia es exclusivamente militar al haber convertido a Venezuela en el más importante cliente de armamento de Rusia. En cuanto a sus relaciones con China pasan por hipotecar nuestro futuro petrolero y convertirnos en otra estación de servicio de esa potencia.

A su ver, ¿qué acciones concretas debe tomar la sociedad civil venezolana para reafirmar su soberanía y retomar las riendas del país?

Venezuela ha rendido su soberanía a Cuba. De hecho, tenemos más de 60.000 agentes cubanos en el país que controlan el sector de la salud, el sistema de identificación, pasaportes, notarías… hasta sectores más delicados como el de inteligencia civil y militar. El servicio de protección personal de Hugo Chávez. Ha llegado al punto de que hasta su cocinero es cubano. Sin dudas no confía en sus compatriotas para su protección y para su salud.

Para dar una idea de la magnitud de esta presencia o invasión cubana: durante nuestra guerra de independencia, la corona española nunca tuvo más de 20.000 efectivos militares en Venezuela.

Rescatar la libertad en nuestro país no será fácil aun derrotando a Chávez en la elección presidencial del 2012. Ya el segundo jerarca militar, el general Jesús Rangel Silva, se ha permitido declarar públicamente que la «oposición vive en una fantasía si piensa que las fuerzas armadas les permitiría gobernar en caso de ganar las elecciones». Al día siguiente, Chávez ascendió a este general al rango superior de general en jefe a pesar de que este oficial está indiciado por el Gobierno de Estados Unidos por cooperar con las FARC en lavado de dinero, suministro de armamento y narcotráfico. Está claro que lo que tenemos por delante no es cosa de monta menor. Sólo confío en que el componente institucional de las fuerzas armadas responda en ese momento como corresponda en apoyo de lo que no tengo dudas de que será la victoria de los venezolanos que queremos vivir en libertad, en paz, en progreso y unidos; que somos la mayoría del país.

Fotografía de Diego Arria

Diego Arria

Las relaciones entre su país y Colombia se desenvuelven en un terreno lleno de contradicciones. Por un lado, y pese a la aparentemente renovada amistad entre ambos tras la llegada de Santos al poder, Colombia mantiene gravísimas acusaciones como que Venezuela es puerto seguro para el terrorismo de las FARC y que el de Chávez es un régimen dictatorial y desestabilizador para la zona. Por su lado, Venezuela sostiene que Colombia es un mero títere de EE.UU. que hay que mantener a raya porque plantea riesgos para su soberanía y seguridad nacional. Sin embargo, el comercio entre ambos países no podría ir mejor. ¿Cuáles son sus reflexiones al respecto?

Ante Venezuela, el vecino país de Colombia se debate siempre entre sus intereses comerciales y sus intereses estratégicos y de seguridad. En el pasado le dije a un presidente colombiano que ambos intereses estarían afectados por el régimen de Chávez. Eso ha ocurrido y, de manera documentada, el gobierno del expresidente Álvaro Uribe lo acusó ante la OEA.

Desde la partida del presidente Uribe ha cambiado la relación al punto de que seríamos «el mejor amigo de Colombia» como lo declaró el presidente Juan Manuel Santos, aunque creo que lo dijo en tono sarcástico. Pero, de hecho, dijo la verdad pues Colombia se ha beneficiado muchísimo con sus exportaciones a Venezuela; que ha sido posible por la destrucción significativa del sector productivo venezolano, tanto industrial como agrícola que adelanta el régimen de Chávez. Pero si vamos a la de seguridad nadie ha cooperado tanto con los narcoterroristas de las FARC como el régimen de Chávez, que incluso declaró ante la asamblea nacional que las FARC tenían un proyecto bolivariano que ellos respetaban. No creo que las miles de víctimas de las FARC en Colombia consideren a Hugo Chávez como su «mejor amigo».

Fuera de Colombia y EE.UU. parece que o bien el régimen no es percibido como la amenaza que muchos advierten o simplemente los intereses económicos en juego son prioritarios. ¿Cómo valora las relaciones que Chávez ha logrado entablar con Argentina, Brasil y España?

Durante ocho años, el presidente Lula de Brasil se encargó de legitimar internacionalmente a Hugo Chávez. Al punto de llamarlo el mejor presidente de Venezuela de los últimos cien años. ¿Y por qué lo hizo? Una mezcla de los intereses comerciales de su país, ventajosamente favorecido por el régimen con grandes contratos sin licitaciones públicas y la propia orientación política externa del presidente Lula que no podía aplicar en su propio país. Por estas realidades un gran amigo mío, Moisés Naim, califico a Lula de ser «un gigante económico y pigmeo moral».

Argentina ha sido otro país altamente beneficiado por el régimen a costa de los mejores intereses nuestros y, por supuesto, ha jugado el rol de complicidad política correspondiendo a la generosidad de Chávez con la pareja Kirchner.

El caso español merece un comentario particular. España por muchos años disfrutó del «soft power» que ganó, primero por la recuperación de sus libertades y luego por su rol cooperador en las mejores causas de América Latina. Cabe destacar el rol de España en los procesos de paz en Centroamérica, en contraste muy fuerte con la España acomodaticia y cómplice de los abusos del régimen venezolano en materia de derechos humanos y electorales. Incluso el de la supuesta cooperación del régimen con ETA no ha impedido al gobierno de Rodríguez Zapatero a actuar ni siquiera cuando más de trescientos agricultores españoles han sido despojados de sus tierras en Venezuela en acciones dirigidas por un etarra que funge como director general de seguridad del ente oficial que ejecuta los asaltos a estos agricultores.

¿Sigue viajando a Venezuela?

De hecho estoy ya casi mudado a mi país. Debo darle presencia a mis opiniones y esto es más creíble e importante de esa manera. Estoy visitando el interior en actos pequeños que llamamos «conversa con Diego Arria».

¿Teme represalias a causa de su enfrentamiento con Chávez?

Hace diez meses tuve la primera represalia cuando el presidente Chávez ordenó asaltar y saquear la finca de mi familia en el estado de Yaracuy. Fue un acto de pillaje en el cual el propio Chávez por televisión animaba a los invasores y saqueadores.

A Chávez le dije entonces y le repito ahora: no le temo. Puede hacerme más daño pero debe estar claro que no me intimida ni me va a detener en mi esfuerzo por contribuir a recuperar la libertad y la democracia en Venezuela, y a reunificar a nuestra gente dividida por la promoción del odio y la violencia que le anima… y lo espero en La Haya.

Fotografías cortesía de Diego Arria Salicetti.

* * *

Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivs 3.0 Spain
Esta obra se publica bajo la licencia de Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivs 3.0 Spain.

Comparte este artículo