«El esfuerzo es lo que hace que uno pueda salir adelante» –Leopoldo Abadía
La vida ha querido que este ingeniero industrial zaragozano, profesor en universidades como IESE o la Harvard Business School y asesor de empresas ampliara, a sus 77 años, su currículum vitae como blogger, escritor, conferenciante y, en definitiva, como nuevo gurú de la economía mundial en la primera gran crisis económica del siglo XXI. Aplaudido por el gran calado pedagógico de sus reflexiones, y admirado por su humilde y encantador estilo, el año pasado Leopoldo Abadía expuso con brillante nitidez el diagnóstico de la crisis mundial en el bestseller «Crisis Ninja y Otros Misterios de la Economía Actual». En enero de este año, Abadía volvía a la carga con «La Hora de los Sensatos» (ya en su quinta edición) y su tesis del «safety car»: su particular propuesta para recuperar la economía y la sensatez en el mundo. En octubre próximo llegará a las librerías «Qué hace una persona como yo en una crisis como esta», un nuevo libro en el que Abadía reflexiona sobre qué debemos hacer los ciudadanos ante la crisis: en la familia, en el negocio propio. . .
Tras una larga trayectoria tanto como profesor universitario como asesor en la empresa privada, su fama le llega por la publicación de un blog. ¿Cómo se le ocurre empezar a escribir en Internet? ¿Llegó a imaginar que un blog sobre temas de Economía pudiera tener la repercusión que ha llegado a alcanzar?
La verdad es que todo empezó a causa de un diccionario, que hice para mí hace cuatro años. Me apuntaba las definiciones de palabras que no sabía y que encontraba en la prensa. Un día añadí a mi diccionario la palabra “crisis”, puse en orden una serie de recortes de periódico donde se intentaba explicar qué estaba ocurriendo y me salió un informe de seis páginas. Se lo envié a un amigo para que me diera su opinión… y de ahí al resto del mundo. Mis hijos abrieron un blog y llevamos más de tres millones de visitas. Como comprenderás yo, que estoy jubilado, jamás pensé que iba a llegar a esto.
Me parece asombroso todo lo que esto significa: gracias al blog y a YouTube he llegado a tener esta repercusión.
Ahora se dedica a escribir libros, continúa con su blog, da conferencias y cada vez es mayor su presencia en la televisión. ¿Qué papel juegan Internet y las redes sociales en su vida actual? ¿Es el suyo otro ejemplo que evidencia cómo Internet se ha convertido ya en la más poderosa herramienta al alcance del ciudadano para influir en la sociedad?
Me ha ayudado mucho mi hijo. Él me ha sumergido en Internet, en Twitter, en Facebook, etc. Procuro contestar todos los mensajes que puedo y me mantengo en contacto con muchos amigos por Twitter. Me parece asombroso todo lo que esto significa: gracias al blog y a YouTube he llegado a tener esta repercusión. Me parece fascinante y, por supuesto, una herramienta de comunicación fundamental hoy en día. Internet es el gran invento de finales del Siglo XX y es crucial para el Siglo XXI y el futuro.
Ninguno de los hoy presentes en el mundo de la política está capacitado para coger el toro por los cuernos.
En «Crisis Ninja y Otros Misterios de la Economía Actual» (Editorial Espasa-Calpe), usted diagnostica el origen de la crisis en una (fatídica) sensación de falsa bonanza económica con la que las hipotecas ‘subprime’ embriagaron al mundo entero. Ese libro ha sido un éxito rotundo de ventas y ha sido aplaudido en el mundo entero por su refrescante carácter pedagógico. Con «La Hora de los Sensatos» (Editorial Espasa-Calpe), su último libro, propone la receta que debieran de administrar tanto empresas como quienes nos gobiernan para superar los trastornos en plena resaca y volver a centrarnos en competitividad y la economía real. ¿Cómo hacemos para forzar la salida a pista del «safety car»?
La teoría del “safety car” no es más que la teoría de una situación ideal creada a raíz de algo totalmente insostenible. Es un mensaje de aviso en el que se dice que yo creo que ninguno de los hoy presentes en el mundo de la política está capacitado para coger el toro por los cuernos. Pero todos presumen de hacer siempre lo mejor para su país. El asunto está en qué ocurriría si la solución fuera que ellos se marcharan para siempre. No deja de ser algo utópico pero está claro que, ante la ciudadanía, la clase política es altamente impopular. Para llegar al “safety car” hay que ser patriota, aunque hoy en día no se permita decir esta palabra en todo su sentido: humilde y profundamente demócrata. Y tener sentido común y sensatez, obviamente. Creo que en España, hoy en día, no hay ni un solo político – gobernando u opositando – que reúna esas cualidades.
Quienes se enriquecieron a base de crear productos financieros exóticos fueron unos sinvergüenzas.
A quienes desean ponerle nombres y apellidos a los culpables de la crisis usted sugiere que (casi) nadie escapa, pues habría que concentrarse en dos grupos de personas. Por un lado, y en minoría, están algunos que se han enriquecido confeccionando y distribuyendo los instrumentos financieros que dieron pie a la crisis. Por otro lado, y en implacable mayoría, todos los que nos arrojamos a los brazos de los primeros sin pestañear. ¿Será la sociedad más sabia después de esta crisis?
Hay que aclarar un asunto: quienes se enriquecieron a base de crear productos financieros exóticos fueron unos sinvergüenzas. Ellos vendieron esos productos a millones de estúpidos pertenecientes a miles de entidades financieras de todo el mundo que, a su vez, las vendieron a los ingenuos, que somos nosotros. Los culpables son los sinvergüenzas y los estúpidos. Nosotros, pobrecitos ingenuos, caímos en las redes, emocionados por lo bien que vivíamos y lo mucho mejor que podíamos estar. La mayoría de los sinvergüenzas se fueron de rositas. Los estúpidos, serán siempre estúpidos. Y los ingenuos, despues de pagar las indecenecias, nos haremos mayores para que no nos vuelvan a marcar un golazo. Si Dios quiere.
¿Aún se puede embridar un sector, el financiero, que opera al margen del contrato social y cuyo poder es tal que, al día de hoy y con la que está cayendo, sigue sin recibir la más mínima corrección en su modus operandi?
La respuesta, con todo el respeto y honestidad: no lo sé.
La figura de las cajas de ahorros en España es algo compleja: están gobernadas por las comunidades autónomas, su naturaleza jurídica es la de una fundación, son competencia directa de los bancos. . . Fernando González Urbaneja llegó a decir que en materia fiscal existen “personas físicas”, “personas jurídicas” y “cajas de ahorro”. Dado los cada vez más necesarios casos de fusión de estas entidades, ¿tiene sentido seguir manteniendo este tipo de instituciones?
Urbaneja dice verdades como puños y sobradamente divertidísimas. Las cajas de ahorros se han metido en tal follón que cualquier solución será pobre. Son entes cuyos estatutos están obsoletos y desvirtuados. Es necesaria que la labor social sea real y el negocio desaparezca. Y por eso creo que Fainé tiene un trabajo tremendo.
Si estamos mejor educados, alimentados, vacunados, comunicados, etc., que gran parte del mundo, ¿por qué en la Unión Europea de los más de 500 millones de habitantes no logramos brillar por encima de los EE.UU. en premios Nobel, Silicon Valleys, universidades Ivy League?
Posiblemente sea culpa de la formación y del talento. No sólo hay que poner dinero sino que tiene que haber gente con agallas, vocación y muchísimo trabajo. El esfuerzo es vital. Y, posiblemente, la vieja Europa se esté quedando obsoleta en ese sentido: si no se financia la investigación, la cultura, la tradición… poco avance tendrá este continente. Europa es una viejísima locomotora despedazada que ha renunciado a su pasado con el fin de no llegar a nada, creando así una falsa evolución y una tolerancia hipócrita.
Recientemente, al ser preguntado sobre los próximos grandes avances en la humanidad, Eduard Punset decía que «la gran novedad» sería la universalidad de las prestaciones educativas y la sanitarias. Lo anterior, basado en un principio de «prevención». ¿Qué opina?
Punset es un sabio con una larguísima trayectoria. No sé muy bien qué nos deparará el futuro. Pero el secreto es única y exclusivamente la educación en valores.
El esfuerzo es lo que hace que uno pueda salir adelante.

Leopoldo Abadía
Usted hace hincapié en el «esfuerzo» que las empresas deben de hacer para salir de la crisis. Un empresario puede contestarle, Sr. Abadía, yo estoy dispuesto a esforzarme, pero ahora dígame cómo voy a ser más productivo que China en mi empresa tecnológica sita en «San Quirico», cómo mi tienda de peletería artesanal podrá competir con las importaciones rusas, o cómo me conseja usted invertir mis 25.000 euros si mientras que yo, antes de empezar a operar cualquier negocio, necesito de tres meses y no menos de 5.000 euros para crear una empresa, otro en EE.UU. puede hacer lo mismo en 24 horas y por unos 500 dólares. . . ¿Qué le diría?
Principalmente, que tiene toda la razón. Pero que no se desespere. Siempre cuento una historia de la que me enteré: un grupo de empresas de Catalunya, hartos de la competencia de los chinos, decidieron abrir sus naves industriales en China. La globalización tiene eso: si no puedes con ellos desde aquí, vete allí. Sé que no es un ejemplo muy útil pero me sirve para decir que hay que estar dispuesto a todo lo que buenamente se pueda hacer y que el esfuerzo es lo que hace que uno pueda salir adelante. Nadie dijo que fuera fácil.
El éxito fácil se convertirá en algo repetitivo y vacío de valor.
En una entrevista reciente en este medio, Carlos Blanco nos decía que «una sociedad que pone como modelos a deportistas de élite o millonarios en lugar de a los científicos, pensadores y creadores no va, desde luego, en la buena dirección.» ¿Llegará el día en que personas como usted sean más famosas que los Cristiano Ronaldo y concursantes de «Gran Hermano» de hoy?
Que yo sea famoso, dice mucho de este país… (risas). El cambio social es necesario. Cuando recuperemos nuestra cultura y no frivolicemos con ella como estamos haciendo actualmente, volveremos a encauzar todo. La crisis de decencia pasa por ese aspecto: el éxito fácil se convertirá en algo repetitivo y vacío de valor. Y el ser humano, por mucho Ronaldo, Gran Hermano o La Noria que haya, recuperará la inteligencia tarde o temprano.
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La teoría de «La Crisis Ninja» de Leopoldo Abadía explicada en 7 minutos:
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