El moro se revuelve
En el extinto Blog de la Economista Descubierta, narramos, hace ya un par de años, cómo se veían venir las «primaveras árabes» ante la estupidez jacarandosa de aquellos que sin tener mucha idea y, eso sí, muchas ganas de alegrarse, esperaban un mundo mejor de lo que ya desde hace siglos ha pintado fatal. Le llamamos entonces «El moro se revuelve» y nuestro querido Al Bahri nos confirmó que no sólo se revolvía, sino que la cosa estaba muy malita.
Estas semanas últimas han dejado de tener gracia y ahora ya no hay “todólogos” en televisión explicándonos las ganas de democracia de los alborotados. Esto es serio y además tiene poca solución, porque difícilmente se puede poner puertas al campo. Dice la fabulosa Alcaldesa que esto se resolvía con educación para la paz, que no digo yo que no, pero a lo peor no en nuestras aulas, sino en esas a las que las de FEMEN no entran ni se atreven.
Que no metamos miedo a los niños y les digamos que la policía son los buenos, y que a ellos nunca les pasará nada, porque total, este año estamos todos más contentos y nos vamos a gastar más dinero en Navidad. Una Navidad “supermulticulti” como le gusta a mi Carmena, que como todas las abuelitas es todo candor y buenas intenciones. Di que sí, “multiculti” y solidaria, como el Ayuntamiento de Madrid o el de Barcelona, que ese es otro tema que me tiene hablando sola y tan triste como desesperanzada.
No hagamos nada, porque eso es lo que sabemos hacer: despreocuparnos y esperar a que nos toque el Gordo o se solucione lo del Madrid, que eso sí que tiene tela y es grave. Para eso estamos, para plantar huertos ecológicos y tapar el sol con el dedo.
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