Pólvora del Rey
Agotados mis temas recurrentes, va el Rey y abdica. Y claro, la neurona se me reactiva. Atónita al principio, cabreada luego y ahora cabreada con el respetable, que de respetable tiene bien poco.
Resulta que se muere Suárez y la brillante idea que se le ocurre a alguno de esos que no pagan facturas es cambiar el nombre de Barajas. Porque el ilustre aviador, digo abulense, se merece eso y mucho más. Será posible. ¿Cambiarle el nombre a Barajas, que está destinado a ser una terminal de British Airways? Y ahora que rula la corona, lo único que parece preocupante es cómo se van a llamar los premios Príncipe de Asturias o el Hospital Infanta Leonor y su correspondiente estación de metro.
Para empezar, porque la “falta de ignorancia”es terrible y si no ponemos príncipes y princesas, abuelos y abuelas, niños y niñas, la terrible palabra progenitores, o peor aún, decimos clienta o jefa nos da pánico a que nos llamen machistas y preferimos ser ignorantes antes que tenidos por tal.
Si los premios se llaman Príncipe de Asturias, tienen dos soluciones, o dejarlos como están y ahorrarse el gasto en papelería, o añadirle una «s» para adelantarse a un potencial futuro heredero hombre. Oh sí, he dicho hombre, qué palabra tan fea y llena de connotaciones tremebundas.
Y es que, por cierto, y por mucho que les moleste a los del género, el plural en español es masculino. Y eso no está ni bien ni mal. Es así, igual que se dice cliente, y no clienta, que además de estar mal dicho es una paletada mayúscula. Menos andar con debates de lenguaje no sexista y memeces del estilo y más al fondo de la cuestión, que está la cosa preocupante (preocupante).
Pero como es pólvora del Rey, o más bien se cree uno que no lo paga, pues a cambiar el nombre al hospital de marras y a las estaciones de metro y a las galletas Príncipe, si hace falta.
Hice por ahí una entrada donde me imaginaba al Rey desternillado en su lecho de muerte en el exilio (por España, todo por España) y lo mismo, como en su caso sí que es pólvora del Rey, se va dando mus y se retira a vivir la jubilación en la Costa Azul.
Se me antoja que la espantá del Borbón no se debe a nada de eso que nos ha dicho. Y ya veremos si se queda por aquí o se da mus, como su esposa, que justo ese día, mire usted por dónde, tampoco estaba.
Como los Borbones se dan uno sí y dos no, no sé si merece la pena cambiar nada, salvo que naturalmente lo pague Vodafone. Y es que ahí yo sí estoy un poco más de acuerdo. Aeropuerto Madrid Barajas British Airways, Premios Príncipe de Beukelaer, y Hospital Infanta de Naranja, que no es cuestión de agriar más a los enfermos.
* * *