Pedorras
Cuando alguien presume de bilingüe perfecto siempre le sugiero que traduzca el adjetivo pedorro, que siendo peyorativo tela, no es nada fácil de traducir.
Explicarlo, eso sí, es bastante más fácil. La verdad es que me gustaría que me invitasen de testigo mudo a una reunión de esas de la RAE donde se discute qué palabras se incluyen en el diccionario.
Que pedorras hay más que pedorros es una aseveración basada en la experiencia y no en el prejuicio. A lo mejor es porque no hay chats de padres del colegio, ni grupos de mejores amigos, de esos en los que hay que estar y mirar, pero participar poco, que lo escrito, escrito queda y para eso ya está Truman Factor.
Si hay una cosa que me alegre del retorno de C.W. es la posibilidad de volver a tener conversaciones inteligentes, como las de mi amiga, y cuya juventud y animosidad me admiran, pero sobre todo, me agita la neurona que da gloria.
No hay como una tarde esquizofrénica entre la decisión radical de mover el mundo de Y, que apunta y busca bibliografía, y un chat de madres como inauguración del curso.
Se puede ser muchas cosas, pero hay dos que no son tolerables: ser un coñazo y ser una pedorra. Uno puede ser extravagante, misterioso, previsible, advenedizo, interesado, convenido, pelota, brillante, estrambótico, simple, corto, egoísta, generoso, cultivado o ignorante, pero no puede ser coñazo ni pedorro.
Yo misma soy irónica, cortante, neurasténica, emotiva y antiguamente romántica, pero no soy un coñazo y, si te toco al lado en un avión, no te amargo el viaje.
Y si te toco de madre del colegio no necesito de tu opinión sobre la maestra, que ya me la formo yo solita, ni te cuento las miserias y sobre todo, nada de “jajajaja” que no tengo yo tiempo para tontadas y no le veo yo la gracia a la mitad de las trivialidades insustanciales que se despachan en los grupitos.
He vivido tranquilamente estos años sin que me hubiera tocado ninguna pedorra aledaña de esas que no tiene nada mejor que llenarte el buzón de mensajes, pero me temo que con el cambio de temporada me va a tocar meterme en uno, de miranda, claro, que servidora no tiene tiempo para tontadas.
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