«ONGs: herramientas decisivas para provocar cambios sociales» –Samuel Galler

Samuel Galler
Samuel Galler obtuvo una doble titulación por la Universidad de Harvard en Salud Global y Políticas de Salud y también en Estudios de Asia Oriental, con una mención honorífica. Pasó el verano de 2012 como becario de investigación en la Universidad de Tsinghua de Pekín, donde investigó el papel de las organizaciones no gubernamentales chinas en la lucha contra el VIH/SIDA. También fue consultor de la Junta de Desarrollo de Ruanda en Kigali, investigando formas de atraer y promover inversiones en la región. Galler tiene un gran interés por el estudio de la gobernabilidad global, las innovaciones tecnológicas en materia de salud y el desarrollo efectivo de las organizaciones civiles. Alumno del prestigioso programa Rhodes, actualmente es doctorando en Desarrollo Internacional en la Universidad de Oxford.
¿Cuál es su área de investigación en la Universidad de Oxford?
Estoy inscrito en su programa de doctorado sobre Desarrollo Internacional. Me interesa el estudio de los efectos de la innovación tecnológica en el desarrollo organizativo y de la sociedad civil. A buen seguro mi agenda de investigación evolucionará en los próximos meses.
El verano pasado fue becario en la Junta de Desarrollo de Ruanda y en la Oficina de Política y Estrategia de la Presidencia de la República. ¿Cuál fue su papel?
Trabajé en el departamento de Promoción y Aplicación de Inversiones de la Junta de Desarrollo de Ruanda (RDB, según las siglas en inglés) como consultor a corto plazo para la inversión china en África. Me encargaba de facilitar el entendimiento entre el RDB y los empresarios chinos en Ruanda, y así ayudar a la RDB a entender algunos de los problemas y obstáculos a los que se enfrentan los inversionistas chinos para atraer mejores inversiones procedentes de China. Mi proyecto surge de recientes especulaciones acercade la relación entre Ruanda y China, la cual será cada vez más importante para la capacidad de Ruanda de mantener el ritmo de crecimiento económico, construir infraestructuras e incorporar innovación tecnológica en el futuro. Fue mi primera visita a África, pero sin duda no la última. También me gustaría añadir que me impresionó mucho el talento y el liderazgo de las personas que han ayudado a impulsar el impresionante crecimiento económico de Ruanda en la última pasada.
Creo que mi investigación es un primer paso crucial para ampliar nuestra comprensión sobre las sociedades civiles emergentes como una parte única y delicada del mundo actual.
Su beca en Ruanda forma parte de su amplia agenda investigadora y su interés en la cooperación y la gobernabilidad mundial. Su tesis de licenciatura investigó la dinámica de las organizaciones no gubernamentales involucradas en el VIH / SIDA en China, ¿puede detallar los resultados de la misma y su contribución al campo de investigación?
Basé mi tesis en el norte de China y traté de entender la política y la dinámica de las organizaciones no gubernamentales de base involucradas en la lucha contra el VIH en un momento de crisis para el sector. La tesis ilumina las condiciones bajo las cuales las ONGs de base operan en China en ese momento particularmente crítico. En su forma actual, las organizaciones no gubernamentales, son un fenómeno relativamente nuevo en China, que apareció sobre todo en las dos últimas décadas. Hace dos años, el Fondo Mundial congeló las ayudas a varias ONGs chinas debido a una negociación fallida entre una serie de organizaciones nacionales e internacionales. Esto afectó a casi todas las organizaciones que involucradas en la lucha contra el VIH, y puso a sus líderes bajo una intensa presión para recaudar fondos y sostener sus actividades. Creo que es un caso de estudio fascinante pues pone de relieve la interrelación de grupos de la sociedad civil en varios países, lo cual a su vez tiene implicaciones vitales para nuestra manera de entender las relaciones internacionales. En semejante situación, los sistemas de apoyo económico y legal entre las organizaciones internacionales y las ONGs chinas se enfrentan a retos difíciles, dejando al descubierto el lado más vulnerable de nuestra sociedad global actual.
Mi objetivo era explorar cómo las organizaciones no gubernamentales nacionales respondieron a los incentivos impuestos por el gobierno chino y las organizaciones donantes internacionales. Usando un enfoque etnográfico, hablé con los líderes de las ONGs chinas que tratan el VIH acerca de cómo interactúan con el público internacional y nacional y sobre los efectos de las barreras políticas que restringían el desarrollo de su organización. Descubrí diferentesmaneras en que los programas internacionales de capacitación, destinados a fomentar el desarrollo de las organizaciones no gubernamentales chinas, no se adaptaban bien a las necesidades reales de los grupos de base. También defendí que la dependencia de las fuentes internacionales de financiación configuraba el modo en que el sufrimiento era interpretado y entendido por dichas organizaciones. Por último, observé de cerca cómo las negociaciones entre el Fondo Mundial y los beneficiarios de los fondos chinos se habían deteriorado, dejando al descubierto la necesidad de disponer de mejores protocolos para orientar un discurso constructivo en un sector civil de desarrollo reciente.
Creo que mi investigación es un primer paso crucial para ampliar nuestra comprensión sobre las sociedades civiles emergentes como una parte única y delicada del mundo actual. El sector civil de China está subestimado en los estudios académicos.Sin embargo, en la próxima década, creo que va a asumir un papel mucho más significativo en la política china y en las relaciones internacionales.
Si comparamos el trabajo de las ONGs en África y en otras latitudes, ¿qué es lo más característico del caso de China en relación a las restricciones políticas bajo las cuales operan las ONGs en ese país?
Es un momento emocionante para el estudio de las organizaciones no gubernamentales chinas por un sinfín de razones. Su sociedad civil ha sufrido cambios drásticos en las últimas tres décadas, a raíz de una serie de reformas políticas, una época de desarrollo económico sin precedentes y, por supuesto, la llegada de las nuevas tecnologías. Al mismo tiempo, el Estado chino sigue manteniendo una política basada en la limitación y la regulación de las organizaciones civiles en una medida mucho mayor que en los países de África y Occidente.
Sin embargo, las organizaciones no gubernamentales en entornos estatales, tanto débiles como fuertes, hacen frente a presiones similares para atraer financiación internacional, con efectos análogos en la manera en que se desarrollan institucionalmente. Esta tendencia hacia una sociedad civil transnacional requiere una mayor investigación de las vías mediante las cuales podemos mejorar la manera en que las organizaciones civiles fuertes se refuerzan. Las ONGs serán esenciales no sólo como entidades políticas cara a cara con el estado, sino también como herramientas para mejorar la prestación de servicios públicos y capacitar a la gente de manera que pueda provocar un cambio social.
Creo que cuanto más se generalicen la comunicación y los movimientos migratorios, más disminuirá en importancia la proximidad geográfica.
Algunos historiadores han sostenido que el eje de la civilización se está moviendo progresivamente hacia el oeste; comenzando con las antiguas Sumeria y Babilonia, luego Roma y Grecia y ahora está en Europa Occidental y América del Norte. Basándose en su experiencia en China y África, ¿cree usted que China será el próximo lugar o, quizás, África?
La teoría de un «eje de la civilización» es llamativa, pero dudo de su utilidad como herramienta para la comprensión del desarrollo global. A pesar de que permite identificar las diferentes sociedades que han florecido cronológicamente en ciertas regiones del mundo, creo que la idea de un «eje» en movimiento presenta algunos problemas. En primer lugar, esta teoría está sesgada en su selección, pues se centra demasiado en las potencias occidentales y descuidan sus homólogos contemporáneos en otras partes del mundo. Por ejemplo, durante la dinastía Tang, China fue una de las sociedades más avanzadas de la época. Esto dificulta creer que haya un eje civilizatorio que se mueve en una dirección constante. En segundo lugar está el problema de cómo evaluar y comparar civilizaciones. ¿Nos enfocamos en el dominio económico, militar y cultural o en el desarrollo de nuevas tecnologías y filosofías?
Me gustaría proponer un enfoque que haga hincapié en los factores que contribuyen a la subida y la caída de las competencias nacionales y regionales. Durante el siglo pasado, muchas de las naciones de mayor crecimiento fueron capaces de aprovechar relaciones comerciales mutuamente beneficiosas con países más ricos, a la vez que desarrollaban y fortalecían la educación, la salud y las instituciones de gobierno. China está muy por delante de la mayoría de los países de bajos ingresos de África en términos de crecimiento de su riqueza y poder económico global, pero probablemente su tasa de crecimiento disminuirá en la próxima década. El estado de derecho, la estabilidad política, los recursos naturales y la transferencia de tecnología están ampliamente considerados como factores importantes en el desarrollo económico, ycreo que cuanto más se generalicen la comunicación y los movimientos migratorios, más disminuirá en importancia la proximidad geográfica.
Espero ver a las organizaciones civiles ayudando a los estados a evitar el problema de la dependencia y de la deuda de la ayuda extranjera.
En medio del actual clima económico de «austeridad», muchos países están reduciendo la financiación de las las ONGs, así como recortando la ayuda externa. España es un claro ejemplo. Además, y tal vez debido a las limitaciones económicas, los viejos tópicos sobre la eficacia de la labor de las ONGs y de la gestión de los fondos se están utilizando para acallar las críticas sobre los recortes.
Hoy en día estamos viendo una gran cantidad de innovación en la forma en que las ONGs pueden ser evaluadas y rendir cuentas. Organizaciones como GiveWell, que investigan y comparan las ONGs, están cambiando el paradigma de cómo se comunican e interactúan los donantes y las ONGs. Por lo tanto, es difícil formular argumentos generales sobre la eficacia de las ONGs, porque hay una enorme gama de competencias organizativas dentro de este campo. En una era de austeridad, todas las ONGs están más propensas a sufrir, pero en lugar de lamentar el esfuerzo que esto representa en muchas organizaciones bien intencionadas, lo veo como una oportunidad para aumentar la certeza de que los dólares invertidos en proyectos de base están siendo utilizados con mayor eficacia.
Con bastante creatividad, las ONGs también han demostrado que es posible confiar en asociaciones para minimizar los gastos generales. Hace unos meses asistí a una conferencia del fundador de la Fundación contra la malaria (AMF en inglés) y me quedé impresionado por su historial de colaboraciones con entidades públicas y privadas que tienen intereses similares a los de su organización. Gracias a estas relaciones, AMF es capaz de asignar por completo el dinero de los donantes a las redes de malaria de una manera proporcionaly eficaz. Es algo que otras organizaciones deberían imitar.
La ayuda externa debe funcionar con muchos de los mismos principios evaluación de resultados por dólar invertido, aunque la dimensión política a la ayuda constituye un reto adicional. La ayuda externa puede ser ajustada como solución a largo plazo para los problemas del mundo en desarrollo,. Un énfasis cuidadoso en el fortalecimiento de las instituciones locales y la colaboración con los gobiernos extranjeros serán puntos clave en tal proceso. En el siglo XXI hemos visto organizaciones civiles desempeñando un papel más importante en la esfera internacional, y espero ver esta ayuda para que los estados en vías de desarrollo eviten el problema de la dependencia y la deuda de la ayuda externa.
También espero ver el desarrollo de nuevas herramientas tecnológicas para ayudar a las ONGs a organizar, analizar y manejar datos. Los costos de este tipo de trabajo suele intimidar a las ONG con recursos limitados o en fase inicial, pero una autoevaluación constante resulta cada vez más crucial para garantizar que una organización puede ejercer un impacto positivo (y demostrarlo). Amicus es una herramienta en desarrollo en EE.UU. que se puede utilizar para organizar la recaudación de fondos y la agregación de datos para sus causas. En el entorno actual, con una galopante iniciativa empresarial en tecnología, estoy seguro de que veremos muchos intentos de reducir los costos de movilización y organización de grupos civiles.
Las redes sociales funcionarán como una vía de salida para los que se sienten perdidos.
¿Cómo cree que la crisis económica actual ha afectado su comprensión del presente y sus expectativas de futuro? ¿Es correcto hablar de una «generación perdida» a causa de la crisis?
Sin duda, para los jóvenes la crisis económica les está estimulado a esforzarse en nuevas direcciones, y a menudo a redoblar sus esfuerzos en búsqueda de puestos de trabajo en nuevos campos y lugares. He visto a muchos amigos y compañeros de clase cambiar de campo y no es raro ver a la gente elegir otras carreras o posponer su entrada en un mercado laboral débil. Quizá sea pronto para hablar de una «generación perdida» Además creo que aún está por ver qué tipo de nuevas experiencias saldrán de este período de alto desempleo. Si tuviera que aventurarme, diría que redes sociales funcionarán como una vía de salida para los que se sienten perdidos, y será interesante ver qué tipo de productos y efectos resultan de una nueva serie de pasatiempos tecnológicos.
¿Por qué el programa Rhodes es uno de los premios académicos más prestigiosos del mundo?
El programa existe desde 1902 como una beca académica internacional, y muchos de los alumnos Rhodes han obtenido un notable reconocimiento en sus respectivos campos profesionales. Por lo tanto, me gustaría destacar en primer lugar el prestigioso legado de los becarios que me han precedido. En segundo lugar, la filosofía del programa atrae a académicos, líderes e innovadores de orígenes, experiencias e intereses muy diversos. Los criterios de selección del Rhodes ponen de relieve en especial la preocupación por el bien común y creo que este ideal ha encaminando a muchos de los becarios hacia el servicio público. Por último, el programa se beneficia mucho de su conexión con la Universidad de Oxford y sin duda a los candidatos les atrae la posibilidad de estudiar en una de las mejores y más antiguas universidades del mundo.
La Universidad de Harvard se conoce popularmente como la «fábrica de alumnos Rhodes», mientras que su filosofía y su método han sido imitados por otras universidades de Estados Unidos. ¿Cuáles cree usted que son las habilidades, los valores y las ideas que han permitido sobresalir a los estudiantes de Harvard en el programa Rhodes?
Harvard hace un gran trabajo para atraer y seleccionar un grupo de estudiantes altamente motivados, intelectualmente comprometidos y bien formados y socialmente privilegiados, y creo que muchos de estos estudiantes alcanzarían niveles de éxito similares en casi cualquier centro superior de EE.UU. Por eso, cada año la universidad recibe un trato excepcional en el concurso para acceder a una beca Rhodes. Además de todo esto, me di cuenta de que mis compañeros me han inspirado, motivado y educado. También me he beneficiado mucho de mis conversaciones con amigos y compañeros brillantes. Sería difícil no sentirse motivado intelectualmente en un entorno semejante.
Harvard ayuda a los estudiantes que envía al proceso de solicitud del Rhodes de diferentes maneras que han sido replicadas en otras universidades. Hay muchos estudiantes de licenciatura y de posgrado que voluntariamente ofrecen una gran cantidad de su tiempo para aconsejar a los estudiantes sobre cómo abordar el proceso de solicitud y qué programas hay que tener en cuenta en Oxford. Además, dado que parece que hay un puñado de ganadores cada año, los estudiantes a menudo recurren a sus compañeros de más edad para pedirles orientación y consejo.
También hay que destacar que a pesar de que históricamente Harvard ha tenido un gran número de alumnos Rhodes, en los últimos años otras universidades americanas punteras han obtenido siempre un número similar de ganadores. Creo que esto refleja la cantidad creciente de excelentes estudiantes a nivel nacional y, sin duda, demuestra el alto nivel de las universidades en EE.UU.
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