Las rubias

Durante el tiempo que yo viví en Alemania en España triunfaba Chiquito de la Calzada y en Alemania se hacían chistes de Manfred, que tenía un Opel, y de rubias. Manfred era un macarra y las rubias eran todas tontas y se pintaban las uñas.
Siempre me pareció que el color del pelo no tenía nada que ver con las neuronas, sobre todo en un país donde la mayor parte de la gente es rubia. El caso es que en Alemania, donde teñirse cuesta mas que comprarse un piso y además está fatal visto porque es superfluo y ataca la dignidad de las übermutters (a mamá en Alemania me remito) se hacían chistes de rubias como aquí de leperos.
Así que la amiga del Rey (amiga íntima según la prensa) que es alemana, se defiende diciendo que lo ha tenido más difícil por ser mujer y por ser rubia. Y que solo buscó un empleo al del chándal y las faltas de sintaxis acorde con su posición que no con su cualificación, a la sazón, ninguna. (Cabría preguntarse también si el del chándal no querría cobrar también visto que de Toyboy no terminaba de hallarse).
Vamos, que no hace falta ser muy perspicaz para darse cuenta de que Corinna no es un Agregado Comercial ni un Técnico de Comercio Exterior y no se sabe muy bien para qué lo ha tenido difícil, sobre todo a la vista de su inmejorable posición. Desde luego, el trabajo de Corinna exige y demanda confianza y reputación. Mas aún cuando se está en la liga de los grandes (clientes). La verdad es que yo difícil no lo veo, pero exige cierta vocación y ciertas tragaderas además de un mantenimiento bastante sacrificado…
A Corinna lo que le causa conflicto interno es que, como es alemana le resulta muy problemático reconocer sus habilidades y capacidades para prosperar en salto de cama y a base de mechón dorado. Es más, en las fotos lleva gafas para demostrarnos que se ha dejado las pestañas estudiando. En Alemania el modelo Corinna está mucho peor visto que en España, donde se empieza en Miss España y se llega a ilustradísima señora y fervorosa madre. El tratamiento, de todos es conocido, se adquiere también por matrimonio, y los títulos, salvo los universitarios, se conceden de forma más o menos graciosa. Debe ser una cuestión de ética protestante, pero la social mobility a través de la entrepierna está mucho peor visto por el FAZ que por el Hola.
Y es que aquí no es tan grave, por mucho que se enfaden las del género. Estará todo lo estigmatizado que ustedes quieran, pero los favores sexuales no se regalan siempre. Es más, no se regalan casi nunca. Los favores sexuales se cobran y acostarse con un viejo tiene su tarifa, por mucho que Strauss Kahn se creyera atractivo y el Rey de España un tesoro nacional. Es cierto que las compensaciones son muchas, pero una amante no está dispuesta a serlo eternamente, salvo que como a tal se le retribuya. Si al final esto va de sexo, poder y territorio, las tarifas no son públicas pero se presumen elevadas.
A mi de toda esta historia lo que mas me fascina no es lo de la amante rubia. Ya se sabe que los Borbones no son ni castos ni inteligentes. A mi lo que me fascina es que de verdad nos quieran tomar por estúpidos como si no fuéramos capaces de ver lo que todo el mundo ve: que el emperador está desnudo y que su familia es igual que Gran Hermano, chándal y rubias incluidas.
La Economista Descubierta en blogspot.com
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