Enfadadísimas
Ya saben que, bajo mi trabajado aspecto de sonriente madre desquiciada, soy una disimuladora bárbara que se invierte bastante rato leyendo blogs ajenos, porque para ir al Ateneo no tengo ni tiempo ni dinero.
Y teniendo en cuenta que cuando todas estas estaban naciendo yo ya me había tragado el seminario permanente «Feminismo e Ilustración» de Celia Amorós y Eulalia Pérez Sedeño, sigo con atención y cariño a la Filósofa Frívola y a Lara Miranda, Lara Newell para los amigas.
Si es que llevaban chupete cuando yo ya tenía el hígado medio hecho foie y se me han hecho mayores e incluso activistas. Verdaderamente me enternecen, por lo de la juventud, sobre todo.
Y a pesar de su monumental enfado permanente, de vez en cuando dicen verdades como puños, verdades que, sin embargo, están pasadísimas de moda y, además, no tienen ni futuro, ni solución.
Como la Filósofa Frívola bien sabe, el no ser no es y, además, es imposible que sea.
La Filosofa Frívola y las de FEMEN están últimamente desatadas y yo estoy últimamente entretenidísima siguiendo sus devenires, a distancia eso sí, que servidora tiene muchísima plancha.
La Filosofa Frívola tiene un poco más de base, aunque me salió el otro día defendiendo los “espacios no mixtos» como si del Club de Numerarias de Opus se tratara… Lucía que te lías y yo te tengo hasta cariño. Que si lo que pretendes es llegar al empoderamiento ese de marras, donde no hay que estar bajo ninguna circunstancia es en los sitios de mujeres.
Los sitios de mujeres terminan por ser como las reuniones del Recurso Humano. Un medio pelo de cuidado. Hay que huir de su mera convocatoria. Créeme por Dios.
Entre ellas mismas se me están dividiendo y ya saben que divide y vencerás. Chicas, desde el cariño y la corrección no fálica, que vais fatal, que os lo digo yo que he visto con mis propios ojos a Carme Chacón comprando en Bon Point…
Se me enfadan con el sogennante machirulo y se me soliviantan con el patriarcado y todo lo enfadable aunque la Filosofa Frívola cuida mucho el estilismo que para eso ha sido dependienta de talla 36 de mis envidias y las de FEMEN se me desnudan cada vez que tienen ocasión, con su más que cuidadísima puesta en escena.
La niña Miranda, que no es la de Julio Iglesias, tiene un interesante blog titulado «No soy naïf» donde se carea con todo blogger fálico que se atreva a criticarla y aunque comparto sus apreciaciones sobre feminización de la pobreza y elección de H&M vs Chanel la veo, sobre todo, desencaminada.
Yo, que me paso el día enfadada y reconcomida, les anuncio desde ya que el enfado permanente no las convierte en mejores y, además, las saca del circuito nice, donde, les guste o no, hay que estar caso de que se pretenda conseguir algo. Se lo digo yo, que les juro que no tengo nada de hipster chupa-chups ni tampoco de naïf.
Desde el cariño, eh, desde el cariño.
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