Recursos Humanos

De verdad que yo tenía que haber hecho oposiciones a Prisiones, como mi amiga Pili, que anda como pez en el agua por el Salto del Negro y nunca jamás la atracan, sea la hora que sea. Pero yo no tenía que haber preparado psicólogo de prisiones. No, yo me tenía que haber hecho celadora: contarlos, y luego, hala, hasta el próximo recuento.
No sé qué hago en el Recurso Humano con lo repoquísimo que me gusta la gente. A mí me gusta mucho el Derecho Laboral, me interesa la negociación colectiva y llego hasta encontrarle la chispa a la Seguridad Social, pero lo que se dice la gente, cada vez me pone más nerviosa. Y es que cuando trabajas en el Recurso Humano te desayunas a diario con los jetas profesionales que creen que: a) tu tiempo es suyo, b) lo que haces es una chorrada y lo puede hacer cualquiera, c) cualquiera de las dos anteriores siempre y cuando no lo tengan que hacer ellos.
Voy a ponerles unos ejemplos para ilustrarles lo generosos que son los demás con el tiempo ajeno. Todas las situaciones se producen o a última hora de la mañana o de la tarde. Suena el teléfono. “Dime” le dices al coñazo de empleado que ya te ha llamado doce veces esa mañana porque no encuentra sus cheques restaurante, no entiende su recibo de salarios, no se ha apuntado al curso o, si se ha apuntado, no encuentra la convocatoria, no ha pasado el cuadro de vacaciones o no se acuerda de donde puso el certificado para la renta.
Situación 1. Tu tiempo es suyo
– Mira es que tengo un amigo que tiene una empresa de Formación de esa que hace cursos gratis y le he dicho que podría venir a verte y contártelo, por si nos interesa.Vaya, como son gratis.
-Ya. Ya sé qué cursos son, pero no son gratis, son bonificables, pero de todos modos no hacemos formación externa.
-No, si ya le he dicho, pero es que está abajo, y total, como ya está aquí.
-Ya, pero es que son las dos menos diez y yo tengo una conference, iba a bajar a por un sandwich de la máquina.
– Si es un momento, es que yo he quedado a comer con él, pero como voy a tardar, para que no espere y, de paso, te cuenta lo de su empresa y yo quedo bien. Y lo mismo, oye, nos interesa, si son gratis…
Situación 2. Tu tiempo sigue siendo suyo
– ¿Economista?
– Hola, ya he visto que me has mandado un mail con copia a mi jefe, pero es que el plazo de cancelación del curso pasó hace una semana y ya no puedo hacer nada.
– No, si no es por eso, si yo del curso paso, es por otra cosa. Mira, es que tengo mucho interés en quedar bien con unos amigos que tienen una hija estudiando primero de carrera en una universidad americana y quiere hacer prácticas, y claro, como nunca ha hecho un currículum, le he dicho que como tú de esto sabes un montón, pues que seguro que se lo haces y la orientas. Y luego había pensado que la podíamos meter aquí en verano, pero tiene que ser dos semanas en julio y otra en septiembre porque se va a Francia con sus padres.
– Ya. ¿Y el currículum lo tienes ahí?
– No, no te digo que no sabe hacerlo, por eso quiero que se lo hagas, es que tengo mucho interés en quedar bien, que veo a su padre en un campeonato de golf el domingo y me gustaría decirle algo.
– Lo que pasa es que en primero no les dejan hacer convenio. Sin convenio yo no asumo el riesgo de que le pase algo en el trabajo. Tengo una inspectora de trabajo que le ha cogido gusto a venir. Además, con esa edad son un lastre para cualquier departamento, están muy verdes. Y esa universidad es malísima, aquí a esos nunca los quieren.
– Bueno, tú la ves y luego ya veremos. ¿Le digo que baje a verte? Es que está aquí conmigo, en el manos libres.
Situación 3. Tu tiempo es eternamente de otro
– ¿Economista?
– Sí, dime, qué necesitas.
– Mira, es que le he dado tu móvil a mi hermana porque resulta que la van a echar, y yo le he dicho que lo mejor es que hable contigo antes, para que tú le digas qué tiene que hacer, porque ella, claro, la pobre está muy afectada.
– No sabía que tenías una hermana. La verdad es que tampoco estoy muy segura de conocerte, como hay dos que os llamáis igual y yo estoy en otro edificio…
– Sí hombre, si su marido es socio de Gómez Acebo y Pombo, lo que pasa es que no quiere molestar a los de Laboral de allí, porque para una bobada así, no quiere meter ruido en el despacho. Yo le he dicho que tú seguro que la orientabas. Le he dicho que mejor te llame por la noche, que estarás más tranquila y ella no quiere hablar desde el trabajo.
Situación 4. Tu trabajo es una chorrada y lo puede hacer cualquiera
– ¿Economista?
– Buenos días.
– Mira, es que quería hablar contigo, es de un tema un poco confidencial. Supongo que ya sabes que estoy saliendo con mi secretaria.
– Sí, sí, algo ví de una reclamación de salarios, supuse que era un divorcio, pero vamos, que ya sabes que nosotros no vemos lo que hacemos, no quise preguntar.
– Bueno, pues eso, que como me caso con ella, pues ya no puede ser mi secretaria, y he pensado que podía pasarse con vosotros a Recursos Humanos.
– Hombre, es que nosotros tenemos hiring freeze desde hace más de un año y yo lo que necesito es un fiscalista, la verdad.
– Mujer, si de verdad que es un encanto y supersociable. Además, tampoco es un empleado a tiempo total porque ha pedido la reducción de jornada… Es que está embarazada, pero todavía no lo hemos anunciado, claro, hasta que se resuelva lo de su cambio de departamento.
– ¿Qué ha estudiado?
– Secretariado Internacional y luego le pagamos un master en Imagen Personal y Coaching, pero de verdad que a ella lo que le gusta son los Recursos Humanos.
– Mira, elévalo a la función a ver lo que te dicen…
– Bueno, si no, ¿tú podrías hablar con la de Marketing? Es que para los Eventos también es superválida.
Ahora, díganme si no sería mejor ser celador de prisiones…
La Economista Descubierta en blogspot.com
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