¿Qué hay de malo en la caída de los precios al consumo?
Bloomberg publicó un artículo el viernes pasado en el que informaba de que «los precios al consumo en Japón habían caído por cuarto mes consecutivo«, a la vez que subrayaba que lo anterior justificaba que el Banco Central de Japón imprimiera más dinero.
¿Por qué? Dejemos a un lado el principio de que relamente nunca hay justificación alguna para imprimir dinero, como grandes economistas lo han demostrado. ¿Qué parte de la caída de los precios al consumo es la que justifica semejante política de expansión monetaria? Durante décadas se ha producido una constante caída de precios en el sector de los ordenadores. ¿Quién se ha visto afectado por esa caída? ¿Los que fabrican ordenadores y programas informáticos?
No, la deflación, por otro lado, es algo completamente distinto. Se produce una contracción de crédito a causa de un proceso de impagos o quiebras (les remito a mi artículo, «Inflation: An Expansion of Counterfeit Credit«). Esto supone una calamidad para casi todo el mundo: acreedores, ahorradores, creadores de empleo, compañías de seguros, fondos de pensiones… Los acreedores están siendo llevados a la quiebra, lo que traslada sus pérdidas a sus prestamistas que a su vez son acreedores de otros prestamistas.
Esto es lo que preocupa al Banco de Japón y a «expertos» en todo el mundo. Saben que, como occure en un bosque, se podría desatar un incedio de impagos incontrolado e imposible de apagar hasta que se consumiera por sí mismo. El problema es que más préstamos no resuelven la cuestión de fondo: una deuda descomunal.
Copyright © 2012 · Keith Weiner
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