Economista Descubierta

No tenéis razón alguna

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Leo en El Mundo un artículo titulado “Las razones para faltar a clase” donde varios padres explican las razones por las han decido no llevar a sus hijos al colegio para quejarse de los recortes. Y según lo leo, me indigno y exaspero por partes iguales. Y como servidora es hija y nieta de la escuela pública, me considero con todo el derecho a llevar la contraria a estos indignados padres. Hablo de lo que conozco mejor que muchos de ellos.

Aquí las perlas de los indignados padres:

Sin libros”. En mi colegio público de provincia de tercera división en los años 70 había una colección de libros de lectura celosamente guardados en la vitrina de la clase que pasaban de unos a otros y que, al terminar la clase, se guardaban de nuevo en la estantería. En mi colegio las maestras se traían las tizas de colores de su casa y pintaban  arcos góticos con tiza blanca viniendo un rato antes de empezar las clases. Por supuesto, daban clase con abrigo porque en mi colegio no había calefacción.

“Ya no se aprende música”. Mi maestro de 5º de EGB se traía un radiocassete y nos ponía música, no sé tocar ningún instrumento pero les aseguro que sé más de Historia de la Música que la mitad de estos de la huelga.

“No tienen quien les lleve a la granja escuela ni para organizar el villancico de Navidad”. Vaya por delante que para ver gallinas y cerdos no es necesario que te lleven tus profesores, y que si tus padres tienen mucho interés, siempre pueden llevarte ellos ¿un sábado? Dicho lo cual, siempre queda la posibilidad de que algún padre se ofrezca a organizarlo él y se lleve a toda la clase. ¿Algún voluntario? Pues eso. Por no decir que lo de la granja escuela es una estupidez como otra cualquiera y ningún padre tiene interés en hacerlo por su cuenta en sus ratos de ocio, y si eso forma parte del contenido académico apaga y vámonos. Y lo del villancico es para nota. Yo me sé el romancero y todas las canciones infantiles y me las han enseñado sentada en el pupitre (sin cajonera). Vamos, como si para aprender “Tres morillas” o “A Belén pastores” hiciera falta una profesora especializada. Interés es lo que hace falta, no medios.

“Se ha marchado la maestra de apoyo y sólo queda una seño para 28”. Éramos 40 en mi clase, de los cuales, varios eran gitanos, muchos pobres de solemnidad y unos cuantos hijos de señoras de la limpieza o barrenderos de escasísimos recursos y no se oía una mosca cuando entraba doña Victoria. De los antedichos, entre otros, hay hoy un número uno en el MIR, al menos cuatro abogados, dos médicos y ni uno, oiga, ni uno, sin bachillerato u oficio reconocido. Les puedo asegurar que todos leímos a Antonio Machado en 7ª de EGB y sabíamos los huesos del cuerpo en 5º. Y sólo años después me di cuenta de que entre nosotros había diferencias sociales y económicas enormes.

Y no vi yo una profesora de apoyo que no fuera una maestra de prácticas de vez en cuando. El maestro podía él solito con todos nosotros.

“Además del recorte de profesores, estas madres echan en falta que hayan quitado las clases extraescolares de ajedrez y los talleres verdes que financiaba el ayuntamiento”. Lo primero y más importante, ¿el ayuntamiento que pito toca en Educación?, ¿talleres verdes?, ¿financiados? Vamos por Dios, que recojan la basura a diario y multen por tirar papeles al suelo y menos talleres de colorines. ¿Extraescolares de ajedrez? Primero que sepan donde nace el Ebro y luego, si eso, como se mueven los alfiles. Y el que quiera aprender que se compre un libro, que de segunda mano seguro que los venden.

“Mi hijo me ha dicho que hay compañeros suyos que copian los enunciados de los problemas de Matemáticas a mano en el cuaderno”. Esto, de todas las sandeces anteriores, es sin duda la peor. ¿Desde cuándo es un problema copiar los enunciados en el cuaderno, (de cuadritos para matemáticas, de una raya para dictado)  que de paso sirve para no ensuciar los libros, aprender a escribir mejor, poder borrar y dejar espacio suficiente para resolverlos? En mi escuela era obligatorio escribir el enunciado del problema, y no puedo imaginarme que eso sea una razón para hacer huelga. Más aún, los padres deberían exigir que los niños escribieran en sus cuadernos en lugar de tener cuadernos de fichas para hacer los deberes. Más ecológico, mas barato, pedagógicamente mejor. Y desde luego, hacer huelga por semejante patochada muestra el nivel betún del huelguista. Cualquier día se levantan en contra del dictado y el análisis sintáctico.

El problema de la Educación no son los recortes, sino los contenidos. La Educación en España se ha ido al garete porque lo que se estudia es insignificante y los niños se pasan pintando la mona varios años en lugar de aprender a leer y de paso, a escribir sin faltas de ortografía.  El problema es que los padres, en lugar de darle autoridad al maestro (que se la quitó solo, por cierto) se ponen en huelga cuando a los niños les suspenden por vagos o les quitan la clase de Educación para la Paz.

Lo siento en el alma, pero la escuela pública no se la ha cargado este gobierno, sino que lleva mucho tiempo hecha un desastre, y nadie que pueda permitírselo está dispuesto a abandonar a sus hijos en un sitio donde no es que falten medios, es que falta criterio. Porque quejarse porque te han quitado el taller verde y no por que no sepan matemáticas es indicativo absoluto del nivel del descerebrado que, deliberadamente, no lleva a su hijo a clase.

La Economista Descubierta en blogspot.com

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