Las verdaderas causas de la rebaja de calificación crediticia a Francia
«Los problemas financieros a los que se enfrenta la zona euro son consecuencia del aumento de desequilibrios externos y de divergencias de competitividad entre el núcleo de la eurozona y la llamada «periferia». Por lo tanto, creemos que un proceso de reformas primordialmente basado en la austeridad fiscal sólo corre el riesgo de empeorar las cosas, ya que la demanda interna está estrechamente vinculada a las preocupaciones de los consumidores sobre el empleo y su poder adquisitivo; lo que a su vez erosiona los ingresos nacionales por recaudación tributaria.»
Extracto del texto de S&P sobre la rebaja de calificación crediticia a Francia y a otros países de la zona euro el 13 de enero de 2012.
1. No hay duda de que S&P ha jugado un papel significativo en el fraudulento juego financiero que nos ha llevado a esta crisis.
2. No hay duda de que S&P, bajó la calificación crediticia de Estados Unidos y Japón, sin tomar en consideración que sus grandes deudas son perfectamente sostenibles en las circunstancias actuales (lo cual fue confirmado por el hecho de que la rebaja no tuvo efecto apreciable en el rendimiento de la deuda de estos dos países).
3. Tampoco hay duda de que la apreciación expuesta por S&P en el párrafo antes citado para justificar las rebajas de ayer es certera.
Nuestra crisis actual es una crisis del sector bancario europeo causada a su vez por los desequilibrios comerciales y de capital en el sistema del euro. Los males en el sector público griego, el callejón sin salida de la refinanciación italiana y la situación actual de Francia son epifenómenos de la crisis. Las causas más profundas son dos:
– Primero se produjo el flujo de capital alemán a la periferia a partir de la década de 1990. Fue la repercusión inmediata del Gran Experimento Alemán de esa época, cuando la tasa de crecimiento de los costes laborales unitarios alemanes descendieron muy por debajo de los salarios y de la métrica francesa equivalente. Junto a las grandes inversiones de la industria alemana en bienes de capital mejoró la productividad. Incapaces de rentabilizar los enormes beneficios empresariales en Alemania, el dinero se fue al sur a través de los bancos franco-alemanes que aprovecharon la oportunidad de expandirse allá donde ninguno de ellos lo habían hecho antes (y donde abundaban las primas en las tasas de interés).
– En segundo lugar los bancos franco-alemanes imitaron el modelo de apalancamiento de sus homólogos en Wall Street y la City (con ratios de apalancamiento a menudo por encima de 50:1) con los capitales exportados al sur destinadas al sector privado (como fue el caso de España ), mientras que en otros países les resultó más fácil dirigirlos al sector público (por ejemplo, Grecia).
Así, cuando la crisis de 2008 nos golpeó, fue inevitable que las regiones deficitarias de la periferia quebraran bajo el peso de estos préstamos, y que la tonta banca franco-alemana cayera en el seno de una insolvencia masiva. Y como si esto fuera poco, nuestros políticos decidieron apoyar estos dos «socios»(los estados deficitarios y los bancos franco-alemanes) mediante la creación de la madre de todos los CDOs: el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF). Para comprender cómo la propia estructura del FEEF daría pie a las rebajas de calificación de anoche, le sugiero que lea este artículo que escribí el verano pasado (en el que explico cómo la debacle de la zona euro estaba garantizada bajo los auspicios de un FEEF tóxico toda vez que la carga de préstamos baratos para los estados en quiebra de la periferia fueran asumidos por dicha entidad).
En resumen, en los últimos dos años, y mientras el desmoronamiento de los bancos franco-alemanes es donde se juega la partida definitiva, el centro de atención se lo llevan «entidades» relativamente insignificante como Grecia. El resultado es que la zona euro ha alcanzado un estado avanzado de descomposición. Los mercados ya se están planeando para la era post-euro. Así que, ¿por qué sólo Francia bajó? ¿Por qué no Alemania? (Si es que estoy en lo cierto al creer que los bancos alemanes están en una situación similar.) La respuesta, por supuesto, es que la ruptura del euro levantará a los bancos alemanes desde el fondo del mar fangoso como una marea rugiente (en forma de flujos de capital de vuelta a Alemania cortesía del hecho que, en su conjunto, Alemania es un estado acreedor). En cuanto a Francia, quedará enredada en el fondo del fango, en medio de unas cuantas algas que le recordarán sus sueños perdidos de convertirse en el centro mando de una Europa federal. Esto es inevitable ahora, a menos que las élites francesas despierten y exijan a Alemania algo verdaderamente radical: un plan racional para salir de la crisis antes de que sea demasiado tarde. Uno plan que resuene con el breve párrafo con el que comenzó este artículo.
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