HR Transformation, el destino se llama Marysleisis

A pesar de que a algún friqui del “tuiter” le ponga muchísimo lo de la comunicación por impulso y el exhibicionismo networker y todas esas manías que si fueran de pagar ya verían ustedes donde habrían acabado. Ando estos días dolida y enfrentada con los nuevos métodos de comunicación humana y el repoquisimo gusto de la fría comunicación: “marque 1, marque 2, marque 3, marque 1 para incineración, marque 2 para inhumación, marque 3 para cuerpo a la ciencia, marque 4 para suicidio”. Eso en versión humanizada y con posibilidad de cuerpo a la ciencia, o en versión cabrona de sms “a partir de ahora su nicho perpetuo paga IBI, con carácter retroactivo”.
Es la HR Transformation, y nuestra conversión en costes variables, outsorceables, delegables y transferibles a personas a las que no sólo les importamos un comino sino que no piensan gastar un minuto en disimularlo. Todos al call center, el call center a Paraguay, por decir un sitio y de Paraguay al infierno del “marque 1, marque 2, córtese las venas”. Empezó Telefónica pero seguimos los demás, qué le vamos a hacer, es un signo de los tiempos.
Eso es así y es una verdad inmutable aunque en este sitio no se digan tacos y en mi casa tampoco. Hay verdades y principios metafísicos inmutables e inalterables, y que a Marysleisis la del call center no le importas una mierda es uno de ellos. Y todavía Marysleisis habla español, como tengas la suerte de que outsorceen tu actividad a la India, da por perdido el cuerpo de tu padre, que lo echaron al Ganges seguro.
Con las nuevas circunstancias laborales, la reforma y el desmantelamiento, los departamentos de Recursos Humanos se extinguen. Para qué va a haber un departamento de relaciones con los trabajadores pudiendo no haber ninguno. Me quejaba de la Telefónica y ahora me toca a mí. Por bocazas.
Tampoco es tan grave, bien pensando, si soportamos la pérdida de las colonias y que el dinero cambiara de manos, no sé por qué no vamos a soportar que desaparezca nuestro medio de vida. (Qué le vamos a hacer, se acabó trabajar en esto, y ya ni para puta con este cuerpo, que diría una amiga mía, y perdón de nuevo por la zafiedad).
Puestos a que si les suplicamos mucho a lo mejor nos dejan ir al call center en lugar de a la cola del paro, más nos vale que vayamos aplicándonos en el desarrollo de nuestras nuevas competencias. A saber, disociación de lo escuchado, lo percibido y lo retenido, y, sobre todo, desarrollo de indiferencia no sólo a los problemas de los demás, sino a los de uno mismo.
El call center y la HR Transformation es un sitio ideal para el desarrollo de los ideales estoicos. Si Marisleysis se entrena, puede llegar a emular a Epicteto y si yo me pongo (y les prometo que yo me pongo) dejo a Zenón de Citio en pañales. Otra cosa no, pero yo hago de la necesidad virtud y paso de ser Hiparquia a Marisleysis en 20 nanosegundos. Marisleysis la estoica, no la gilipollas, claro está.
Prefiero ser una telefonista cualificada y pagada, aunque sea mal, que una parada cualificada y no pagada, no por vocación, claro, sino por necesidad.
Dice C.W. que las tontas se casaron bien y sus padres no sufren y que ella dejó a un novio rico porque se consideraba demasiado joven para un solo novio… C.W. no va a ser outsorceada de momento porque ha huido al segundo mundo donde todavía se necesitan las viejas estructuras, pero ya ha caído en la cuenta de que difícilmente vamos a tener medio de vida para los próximos 30 años. Y como dijo Paquirri en su lecho de muerte: «To, pa na».
La Economista Descubierta en blogspot.com
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