23 días cruciales para Grecia

Yanis Varoufakis
El 20 de agosto, el gobierno griego tendrá que pedir prestado 3.200 millones de euros a un brazo de la zona euro (el FEEF) a fin de reembolsar a otro (el BCE). Sin embargo, Grecia es insolvente. La mera noción de que una entidad insolvente incremente su deuda con un acreedor, en este caso la zona euro, para pagarle a ese mismo acreedor es obscena. Lo único que se consigue con esto es trasladar la carga del Banco Central a los contribuyentes de Alemania, Holanda, Austria y Finlandia. Esto no es un acto de solidaridad con Grecia, sino un acto de irresponsabilidad, así como otra huida hacia adelante.
El simple razonamiento que llevo tiempo intentando trasladar es que la zona euro debe de tomar una decisión sencilla: brindar a Grecia la oportunidad de salir de la espiral de la muerte en la que se encuentra o dejarla caer ahora, antes de que el estado griego pierda todos los activos que le quedan y antes de que aumente todavía más su gran deuda. Si nuestros socios de la zona euro no están preparados para tomar esta decisión (permaneciendo atrapados en sus enredos y preocupaciones cortoplacistas), entonces Atenas deberá forzarlos a tomar un camino u otro en los próximos 23 días. ¿Cómo? Anunciando que Grecia no pedirá prestado dinero el 20 de agosto que no podrá devolver bajo el actual esquema.
El otro día publiqué un extenso artículo en griego profundizando en este asunto. Algunas personas, que desconozco, tuvieron la amabilidad de reproducirlo en alemán. El artículo también se puede consultar en otros idiomas a través de Google Translate. Mientras tanto, en el vídeo que sigue explico el dilema que enfrenta la zona euro sobre Grecia en BSkyB (Sky News). La grabación tuvo lugar en la víspera de las elecciones generales griegas del pasado 16 de junio, pero creo que el contenido sigue siendo vigente.
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