Sobre las ideas de Soros para salvar la zona euro

George Soros
George Soros ha estado aportando ideas sobre lo que Europa tiene que hacer para reconducir la crisis. (He tenido la oportunidad de comentar sus reflexiones, coincidiendo con él en términos generales, en varias ocasiones – ver, por ejemplo este artículo, así como este otro). Su último artículo en el Financial Times (Una ruta para cruzar el campo minado de la zona euro) es de lectura obligada para todos aquellos que quieran asomarse a las profundidades en las que ha logrado hundirse una Europa desesperada. Es casi como si Soros hubiera perdido la esperanza de que Europa pueda hacer lo que es correcto para sí misma, a la vez que intenta aconsejar a nuestros políticos sobre lo que deben de hacer; o al menos, lo que pueden hacer para comprar el tiempo necesario que les permita reconsiderar sus actuaciones. Y todo en una coyuntura en la que Soros entiende mejor que nadie que es demasiado tarde para comprar tiempo…
El punto de partida de Soros es que los líderes europeos son incapaces de poner fin al terrible ritmo que impulsa la crisis: la recapitalización central de la banca (en lugar de hacerlo país por país) mediante la transformación del FEEF en un TARP europeo (como nosotros lo venimos proponiendo desde hace mucho tiempo en nuestra «Modesta proposición«), así como la creación de un mecanismo de refinanciación de deuda soberana (a través de algún tipo de eurobono) que garantice que Italia y España no se hundan. Y, por último, pero no menos importante, poner en marcha un programa de inversión que estimule la demanda a nivel europeo.
En vista de la «incapacidad» de nuestros líderes para hacer lo anterior, ¿qué es lo que propone Soros para detener el colapso del sistema del euro en las próximas semanas o, como mucho, meses?
En primer lugar, propone que posterguemos la recapitalización de los bancos y que guardemos dicha tarea en el cajón de «cosas muy difíciles de resolver» y que el Banco Central Europeo extienda una garantía global sobre los bancos europeos a cambio del compromiso de que estos desbloqueen el crédito al sector privado.
En segundo lugar, y con el fin de mantener a flote a Italia y a España, Soros sugiere: (a) que el BCE baje su tasa de interés del 1,25% a casi cero (por ejemplo, al 0,25%), y que, (b) los estados miembros realicen una nueva emisión de bonos para ser adquiridos por la banca a tasas muy bajas (como parte del mismo acuerdo que se describe en el párrafo anterior) a cambio de la promesa de que el BCE inmediatamente aceptara estos bonos como garantías; prometiendo de esta manera que los bancos puedan convertirlos en efectivo de inmediato. Mientras los nuevos bonos generen tasas superiores a las del BCE, todo el esquema resultaría atractivo para la banca.
En tercer lugar, y cito: «durante el período de emergencia, el ajuste fiscal y la austeridad son inevitables. Sin embargo, la carga de la deuda será insostenible sin un crecimiento a largo plazo – y también lo será la propia Unión Europea». El anterior es un mesnaje críptico bastante desesperado. Es desesperado porque Soros seguramente sabe que ofrecer una garantía total a nuestros bancos en quiebra es equivalente a declarar que el capitalismo ha muerto. Una cosa es mantener la liquidez de la banca a través del BCE o recatarla a cambio de accciones, y otra muy distinta es hacerlo a nivel de la eurozona tal y como absurdamente lo hizo Irlanda con sus bancos: socializar, sin condiciones, culaquier comportamiento irresponsable futuro.
Permítanme, sin embargo, dar a Soros el beneficio de la duda y aceptar que en tiempos desesperados se requieren medidas desesperadas. ¿Servirán las garantías que propone? No lo creo. En primer lugar, la esperanza de Soros de que esas garantías serían sólo el paso previo para que la eurozona ponga orden y proceda a recapitalizar el sector bancario a nivel paneuropeo me parece una utopía. Envalentonados por semejante soplo de vida, el sector bancario se enrocaría en contra de cualquier esquema de recapitalización. Si pueden hacerlo ahora que están casi hundidos, imaginen sus berridos después de haber sido garantizados por un año más o menos por el BCE. En segundo lugar, la noción de que mientras operen bajo la garantía del BCE, los bancos abren el grifo del crédito a las empresas, me parece muy optimista. En pocas palabras, el BCE se ve afectado por un exceso de información asimétrica vis-a-vis los de bancos sobre asuntos relacionados con sus libros de créditos. Lo que los banqueros harán, más allá de cambios estéticas, es tomar la garantía, utilizarla para inventar nuevas operaciones de derivados y, en esencia, mantener la huelga de créditos.
Pasando a la propuesta de Soros en relación a Italia y España, la esencia de lo que propone es que el BCE baje los tipos de interés sustancialmente a la vez que se compromete a aceptar como garantías los bonos que los bancos habrán sido obligados a comprar a bajos tipos de interés (aunque a tasas más altas de los de tipos ofertados por el BCE en el mercado interbancario). En efecto, el BCE ampliará considerablemente la oferta de dinero y la financiación indirecta de los estados italiano y español. ¿Funcionará? ¡Ni en sueños! Alemania nunca lo aceptará. Ni siquiera bajo la amenaza de colapso de la zona euro. Berlín preferíría antes la reintroducción del marco que seguir el camino de una monetización de deuda soberana que hace pedazos la esencia misma de su modelo de posguerra.
En resumen, ninguna de las ideas de Soros para hacer una pausa y reconducir la crisis tiene posibilidades de lograr su fin. La primera de ellas, las garantías bancarias, simplemente alentará a los bancos a continuar siendo zombies ad infinitum. La segunda va en contra de la mera esencia de la mentalidad alemana. Mientras tanto, a los mercados se les está diciendo que dentro de unos días Europa habrá producido un plan definitivo para respaldar a los bancos y responder a los problemas de refinanciación de Italia y España. Todo esto, al ritmo de un FEEF turboalimentado. Nunca se puede dejar de creer en los milagros…
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Copyright © 2011 · Yanis Varoufakis
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