Los perros y las flautas

La confusa melodía de reacciones a «Democracia Real YA» por parte de los partidos políticos españoles es previsible e incluso comprensible. Sobre todo ante la inminencia de unas elecciones municipales y autonómicas cuyos probables resultados se antojan como prólogo a las generales del próximo año.
La izquierda intenta desesperadamente abrazar la iniciativa de miles de personas que claman contra el sistema al tiempo que busca distanciarse del mensaje subyacente de la #spanishrevolution: vosotros, la clase política, sois cómplices de las injusticias que denunciamos y que nos indignan.
Quien mejor ilustra lo anterior es el candidato socialista a la presidencia de la Comunidad de Madrid, Tomás Gómez: «Yo también estoy indignado con los poderes que han causado la crisis«.
Otra muestra, aún más cínica si cabe, es la oportunista declaración de Cayo Lara, coordinador de Izquierda Unida: «Los jóvenes se sienten estafados por una democracia falsa y amputada. Nosotros no nos identificamos con esa clase política«.
Por su parte, desde el Partido Popular se mueven con una equidistancia más hipócrita que prudente. Mariano Rajoy, líder del PP, valoraba así el movimiento 15-M: «los partidos políticos evidentemente no aciertan siempre porque son seres humanos […] Yo creo que esta última época ha sido especialmente negativa para los intereses de los españoles y que el Gobierno de España no lo ha hecho bien«.
Un poco más electoralista fueron las declaraciones de Esperanza Aguirre, actual presidenta de la Comunidad de Madrid, quien se preguntaba por qué los manifestantes no acampaban a las afueras del Palacio de la Moncloa, que es donde reside el culpable (según ella) de los 5 millones de parados en España.
Otra cosa, más penosa, es el posicionamiento de los medios de comunicación. Ellos no se juegan nada en la cita electoral del próximo domingo, pero parece que la amenaza al sistema que supone una juventud hiperconectada gracias a Internet los ha puesto nerviosos. Así, la torpe e improvisada sinfonía de los partidos políticos choca con los ladridos de los medios de comunicación españoles.
En la segunda edición de sus informativos de ayer, Intereconomía criminalizaba a los manifestantes así:

Por su parte, César Vidal, uno de los buques insignia de Libertad Digital, sentenciaba en su editorial radiofónica de anoche: los manifestantes de la Puerta del Sol «están en contacto con ETA y tienen entrenamiento de kale borroka».
El Mundo de Pedro J. Ramírez, siempre dispuesto a exponer una teoría conspiratoria sugiere: «estamos asistiendo a un ensayo general de lo que ocurrirá dentro de unos meses. Como el PSOE sigue aun en el poder, la protesta es contra el sistema, como si el PP fuera corresponsable de la catastrófica gestión de la crisis por parte de Zapatero […] cuando Rajoy esté en la Moncloa […] muchos de los miles de idealistas que creen de verdad que esta es una protesta transversal se caerán del guindo […] la izquierda manipulará en la calle la desesperación de muchos…»
Antonio Cano, jefe de la corresponsalía de El País en EE.UU. tuiteaba:
España necesita participación y compromiso, que es lo difícil, no Tahrir Square, que es lo fácil cuando no hay tanques que lo impiden.
— Antonio Caño (@antonio_cano_) May 17, 2011
Desde RNE se oía: “este tipo de jóvenes no va a ir a votar, que es lo que deberían hacer [..] Y eso que hoy viven mucho mejor que hace 30 años”.
Portada del periódico La Razón:

En un artículo titulado «Juventud, divino tesoro«, Javier Pérez de Albéniz ironizaba: «Los únicos cambios razonables son aquellos sugeridos por los medios de comunicación consolidados, y puestos en marcha por los políticos de siempre con el patrocinio de don Emilio Botín». Puede que tenga razón, pero los miles de manifestantes en Sol están haciendo lo que pueden para que ya no sea así. A pesar de que a los políticos les suene la flauta y los medios suelten a sus perros.
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