Peter Schiff

La fiebre del oro llega a las instituciones

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Emblema de la Universidad de Texas

University of Texas: su peso en oro

He trabajado en Wall Street durante toda mi vida y una cosa que he aprendido es que los grandes inversores institucionales, como los fondos de pensiones y fondos de dotación rara vez se desvían del rumbo que sigue la manada. Gestionan demasiado dinero de terceros como para tomar riesgos o emprender aventuras solos. Así, si algo sale mal, al menos pueden decir que a los demás también les ha salido mal.

Por ello, este tipo de inversores se ha quedado atrás a la hora de advertir cambios fundamentales en los mercados tales como la perspectiva de una divisa en declive. Mientras que muchos de nosotros estamos comprando metales preciosos para protegernos contra la caída del dólar, desde hace años el oro y la plata han sido un tabú para los inversores en Wall Street. A los gestores de grandes fondos les enseñan que el oro es una «reliquia bárbara», y que es mejor quedarse con bonos del gobierno y con títulos corporativos, pues eso es lo que hacen los demás.

Pero hay indicios de que la manada está cambiando su rumbo.

Una noticia sorprendentemente ignorada por los medios de comunicación es que la Universidad de Texas, cuyos fondos de dotación son los más importantes del país después de la Universidad de Harvard, ha invertido este mes alrededor de 500 mil millones de dólares de su cartera de inversión en oro. Lo anterior, sumado a los otros 500 mil millones que había invertido en dicho metal meses atrás.

Así, el fondo de esta universidad es ahora dueño de la asombrosa cantidad de 6.643 lingotes de oro (664.300 onzas), cuyo valor se ha incrementado en casi 40 millones de dólares desde mediados de abril, cuando los lingotes fueron depositados para su custodia en una bóveda del HSBC en Nueva York. No está mal para empezar.

Kyle Bass, el conocido gestor de de fondos de inversión de Hayman Capital y miembro del consejo del Fondo de Dotación de la Universidad de Texas aconsejó a esta sobre la adquisición. Sus argumentos a favor de la compra fueron claros: «los bancos centrales están imprimiendo más dinero que nunca, así que ¿cuál es el valor del dinero en relación a la compra de bienes y servicios? Yo veo el oro como otro tipo de divisa que ellos no pueden imprimir».

Al parecer, en la Universidad de Texas consideran que sentarse sobre una montaña de papel fiduciario es un acto de fe que no resulta beneficioso para los intereses de una institución prudente y sabia.

Sin duda, la compra ha asombrado a más de uno.

Ahora que un gran fondo privado ha tomado este camino, muchos otros le seguirán. Hablamos de personas inteligentes, después de todo, que son conscientes de que sus actuales inversiones les están aportando una rentabilidad nominal, pero también de que están perdiendo mucho poder adquisitivo. De hecho, no me sorprendería que muchos de ellos ya hubieran realizado inversiones en metales preciosos en secreto. Ahora que pueden señalar el ejemplo de entidades de prestigio podrán hacerlo de forma abierta.

Posiblemente lo más interesante del repudio mostrado por la Universidad de Texas al presidente de la Reserva Federal Ben Bernanke y su imprenta es que el fondo exigió la entrega física del oro. Si bien esta práctica es más común en Europa, se trata de un acto sin precedentes para una institución estadounidense.

En mi opinión, la entrega física de los lingotes sugiere al menos dos implicaciones importantes. La primera es que la Universidad de Texas ha elegido el oro como estrategia para preservar su riqueza a largo plazo en lugar de utilizarlo para la especulación inmediata. La segunda es que la Universidad de Texas debe de sentir un ligero recelo hacia la estabilidad de los mercados financieros en general, por lo que prefiere poseer oro físico almacenado de forma segura en una bóveda en lugar de ser dueño de promesas de papel u otros instrumentos que conlleven el riesgo de ponerse en manos de una contraparte.

Llevo mucho tiempo recomendando a los inversores que dediquen al menos entre el 5 y el 10 por ciento de sus carteras a los metales preciosos. Mil millones de dólares equivalen a aproximadamente el 5% de los 20 mil millones de dólares del fondo de dotación de la universidad de Texas.

Si un fondo tras otro decidiera vender miles de millones de los dólares de Bernanke para diversificarse en oro, ¿qué le pasaría al precio de este metal? Si estos fondos colosales comienzan a convencerse de las ventajas de dedicar el 5% de sus carteras al oro, lo cual es aún conservador pero más inteligente el que el actual promedio del 1%, ¿qué le ocurriría a la demanda del oro? Creo que las respuestas a estas preguntas son evidentes.

Si los fondos de dotación de las universidades estadounidenses optaran por aumentar sus posiciones en oro de la media actual a un 5%, estaríamos hablando de unos 20 mil millones de dólares o 400 toneladas de oro al actual precio de contado.

Además de los fondos de dotación universitarios, las fundaciones privadas en EE.UU., que en 2010 contaban con unos activos de casi 600 mil millones de dólares, requerirían de cerca de 600 toneladas de oro para hacer lo mismo.

Y estamos hablando tan solo de universidades y fundaciones privadas estadounidenses; hay un mundo más allá de nuestras fronteras.

La cuestión es sencilla: el total de los potenciales fondos de inversión en todo el mundo está en relación significativa con el tamaño del mercado del oro actual. No es difícil darse cuenta de lo que un simple movimiento del 1% al 5% en las carteras de inversión supondrían para el precio del oro; y esta es la razón por la cual el hecho de que la universidad de Texas haya requerido la entrega de lingotes físicos es indicativo de que estos movimientos están ocurriendo.

El oro sigue siendo el gran olvidado entre los gestores de inmensas fortunas, pero está claro que se están empezando a dar cuenta de las perspectivas negativas que pesan dobre el dólar estadounidense. Después de todo, los gestores de estas fortunas no solo no quieren desviarse del rumbo que sigue la manada, sino que tampoco quieren acompañarla hasta el precipicio.

Con sus miles de millones de dólares en oro, la Universidad de Texas ha divisado el precipicio en la distancia. Que lo atesoren en forma de lingotes en una bóveda es muestra de la gravedad de la situación que el consejo de dicha universidad percibe.

Podríamos estar en la cúspide de la fiebre del dinero inteligente en oro. Si es así, esto podría llevar al oro a un récord en términos reales, incluso antes de que los inversores particulares puedan incorporarse al mercado.

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Traducido al español y publicado con autorización de Peter Schiff.
Translated and published by kind permission of Peter Schiff.
Enlace a versión original del artículo (en inglés)

 

El presente artículo es la opinión del autor solamente y no representa la opinión de trumanfactor.com. Asi mismo, el autor no le está asesorando personalmente sobre la idoneidad del uso de la información contenida en el artículo para sus necesidades de inversión. En ningún caso trumanfactor.com será responsable por cualquier pérdida o daño, incluyendo sin limitación, pérdida indirecta o consecuente o daños, o cualquier pérdida o daño derivado o que surja de o en conexión con el uso de esta información. Por favor consulte a su asesor de inversiones antes de tomar cualquier decisión de inversión.

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