Domingo Milella
Sobre el Paisaje y el Tiempo
Patricia Martín-Sánchez: Tu trabajo más reciente sobre Turquía y el sur de Italia trata la percepción del tiempo a través de los paisajes de sociedades antiguas y actuales. Recientemente parece que trabajas con un enfoque más sosegado. Por ejemplo, la calidad de la luz que utilizas es más tenue, tu paleta es más uniforme y tu elección de paisajes describen lo que has definido como «lo arcaico». ¿Para ti, los términos «antiguo» y «arcaico» son sinónimos? En la actualidad, ¿pueden nuestras sociedades aceleradas comprender lo arcaico?
Domingo Milella: Es “la ansiedad de lo nuevo” en nuestra cultura contemporánea lo que me empuja a mirar hacia atrás, a una idea de la tierra y la arquitectura que está llena de integridad y sentido del tiempo. En griego la palabra «ἀρχή» es un concepto amplio que significa «origen». Lo arcaico no es sólo sinónimo de antiguo o viejo, es también el lenguaje de las formas básicas y los contenidos. Platón, por ejemplo, imagino un «pleno de la verdad», donde se encontrarían todos los arquetipos. Busco en la cultura, así como en la naturaleza, el valor de las costumbres asentadas y antiguas.
PM: Tu fotografía Tumba en Janto, sugiere cierta tensión entre el espacio físico del sitio histórico y el espacio virtual del teléfono móvil del turista. ¿Por qué la inclusión del turista y por qué fotografías tumbas antiguas?
DM: Prefiero evitar crear imágenes arqueológicas, es por eso que orquesté el encuentro del viajero contemporáneo con algunas tumbas interesantes y olvidadas. Es como una fricción entre dos idiomas diferentes, entre la historia y la post-historia. Es casi como una manera de ser cortés y presentar a lo contemporáneo con lo arcaico, como esperando a ver qué se dicen entre ellos a pesar de la diferencia de edad.
Es muy usual encontrarse con personas tomando instantáneas, en especial turistas, y siempre me ha fascinado mucho saber por qué y cómo fotografían. Los turistas suelen fotografiar para visitar lo que capturaron a través de una pantalla. Prefieren experimentar el presente a través de un iPhone. Tal vez se debe a que las pantallas son más reconfortantes y fáciles de comprender. De alguna manera, veo esta dinámica como una especie de alegoría de nuestro tiempo, donde la digitalización ha acelerado la experiencia del presente, cambiando ésta por la ignorancia rápida, de consumo instantáneo y constante, y la necesidad de apropiación.
La fotografía puede ser muchas cosas, pero si se utiliza con sencillez, actúa como una de las últimas artes del realismo. La muerte es la reina del realismo y las tumbas son arquitecturas de densos actos culturales y arquetipos. Las tumbas son edificios llenos de simbolismo. De alguna manera, son monumentos humanos dedicados al tiempo. Esto explica mi fascinación por ellos y mi elección repetitiva de fotografiar cementerios o edificios que se parecen a estos, con o sin gente.
PM: ¿Cómo crees que los avances tecnológicos recientes redefinen las categorías conceptuales de «memoria» y «archivo»?
DM: Sin duda, lo digital es el nuevo lenguaje del tiempo y la memoria. La memoria física de los objetos reales (como los que están en archivos, bibliotecas, museos y almacenes) tienen una función ya obsoleta aunque cada vez más importante. Cuando hace más de 5000 años apareció la escritura cuneiforme en Mesopotamia, esta se convirtió en una nueva forma de comunicar los actos de lenguaje. Hoy en día, a través de la tecnología, estamos siendo testigos de la llegada de una nueva forma de transmitir el lenguaje. La transición a la escritura cuneiforme llevó siglos. La llegada de nuestro nuevo lenguaje digital está ocurriendo en pocas décadas.
Los conocimientos ancestrales a menudo desaparecen a causa de la naturaleza y el tiempo. Las invasiones de enemigos o la erosión de los desiertos han devorado lenguajes y códigos, civilizaciones y bibliotecas. Creo que la tecnología está acelerando algunos de estos procesos culturales, naturales, geológicos y lingüísticos. También la ansiedad de progreso está acelerando este deterioro. ¿Acaso la falta de permanencia humana se apresura para ser más rápida que la naturaleza?
PM: ¿Qué piensas de la situación del arte contemporáneo? ¿También se ha acelerado el mundo del arte?
DM: Acabo de visitar la Bienal de Venecia. Las obras en los pabellones parecían un carrusel de arte y arquitectura diseñado para la participación plena de los sentidos. Me sentí un poco como en un parque de atracciones o como en la Disneylandia del arte y del diseño. Todo parecía muy entretenido y la gente hacía cola para asegurarse de ver ésta u otra «atracción de arte». Había poco tiempo para el pensamiento o la observación de obras discretas. La tecnología puede dar poder, pero también puede llevar al conformismo. Sobre todo puede significar el toque acogedor de la facilidad, del movimiento y de los deseos superficiales al mismo tiempo que se presta poca atención al contenido más profundo.
Hoy en día la educación no se distingue del entretenimiento, juntos ofrecen conocimientos cómodos. El público está más interesado en los resultados que en el proceso y se vuelven, visualmente e intelectualmente, malacostumbrados y pasivos. El mercado de las herramientas y las materias primas es ahora mucho más importante que cualquier contenido o narrativa.
PM: A alguien que aspira a ser artista ¿qué le dirías acerca de las ventajas y desafíos de centrarse en un tema durante un período prolongado de tiempo?
DM: El proceso artístico requiere atención y paciencia, humildad y obsesión. Por supuesto, no es un territorio cómodo sino una lección permanente sobre la naturaleza fragmentaria de las cosas y de las personas. Hacer arte no es una opción, sino una actitud profesional, una necesidad individual y cultural de embarcarse en un reto a largo plazo. Yo nunca elegí el arte, me encontré con él de manera natural.
Centrarse en proyectos a largo plazo significa la derrota de admitir que no hay una originalidad «original» para descubrir. Sin embargo, se pueden encontrar los orígenes, las discusiones, los diálogos, los temas, los relatos, las interpretaciones, las pequeñas epifanías.
Tal vez se trata sobre todo de un viaje interior, de un proceso de lenta introspección, lo que pueda dar un sentido más claro de la exterioridad, de los demás y de nosotros mismos.
PM: El próximo mes participarás en «Les Recontres d’Arles 2011», en la categoría de «Premio Descubrimiento». ¿Qué vas a mostrar?
DM: El trabajo de los últimos diez años en una sola pieza de treinta pequeñas impresiones. Ésta será expuesta como si tratase de un horizonte, como una escultura, frente a dos fotografías del mayor tamaño que analógicamente se pueden ampliar e impresas sobre un único rollo de papel fotográfico.
PM: ¿Qué has estado leyendo y qué música has estado escuchando, y de qué manera han informando tu práctica?
DM: Tengo en mis manos un libro perfecto: Los ojos de la piel: la arquitectura y los sentidos de Juhani Pallasmaa. Con gran sencillez, analiza el sentido de nuestro tiempo a través de la metáfora de la arquitectura. Me gusta la música de Talking Heads ya que es delicada aunque también fuerte, rápida y lenta. Tienen un gran sonido y grandes letras. Y a diferencia de lo que consigue la música en la actualidad, cuenta una historia… poéticamente.
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